Motor

Ni arañazos ni pérdida de color en tu coche: así puedes proteger tu coche con las nuevas tecnologías PPF y tratamiento cerámico


Nacho González

Posiblemente hayas escuchado en el último año el término PPF o Paint Protection Film (Película protectora de la pintura), que hace referencia a un vinilo que se implementa en el coche para protegerlo de los daños como roces y arañazos, te contamos en qué consiste y por qué cada vez más gente opta por incorporarlo a su coche independientemente del modelo y segmento al que pertenezca.

Este PPF consiste como comentamos en un vinilo o película transparente (grueso) que se aplica con líquido a la carrocería para proteger la pintura de daños externos como arañazos, impactos de piedras u objetos de la carretera, e incluso roces con otros vehículos cuando abren la puerta o cuando tocan otro coche al aparcar.

Pese a que este fue concebido para incorporarse en las áreas más expuestas como el capó, parachoques, espejos o aletas delanteras, lo normal es ponerlo en todo el coche cuando uno opta por incorporarlo en su vehículo, aunque en algunos casos, puede generar un leve efecto plástico en el acabado.

Diferencias entre el PPF y el tratamiento cerámico

Proceso de aplicación de coating o tratamiento cerámico. EE

El tratamiento cerámico (también llamado coating) es otra forma de proteger tu coche, aunque con una serie de diferencias con respecto al PPF.

En el caso de este tipo de protección, el objetivo es además de tener un mayor brillo en la pintura con profundidad del color o reflejos así como potenciar el metalizado o perlado de la pintura, el de preservar el color real del coche, protegiéndolo contra la suciedad y los rayos del sol, impidiendo así esa perdida de color que se da con el paso de los años así como la oxidación.

El proceso para aplicarlo es simple, se emplea una capa líquida protectora que se solidifica, adhiriéndose a la carrocería para sellarla por completo y protegerla con una capa transparente. Este coating, permite evitar así la suciedad al ser un método que sella por completo los poros, lo que evita que esta suciedad se adhiera, generando así un efecto repelente a esta.

Además, mientras que el PPF tiene una durabilidad de 5 a 10 años, el tratamiento cerámico es de entre 2 y 5 años, todo dependiendo del mantenimiento y calidad del tratamiento empleado. Para hacerlo más sencillo, podríamos decir que el PPF es protección física contra objetos, mientras que el coating, es una protección anti edad para conservar el coche en su estado original.

Precios de ambos tratamientos y cuál le conviene a tu coche

Estos tratamientos son una inversión, puesto que en caso de roces, arañazos o daños leves en el vehículo, con retirar el vinilo en el PPF, no tendremos que repintar la zona afectada, mientras que con el coating, no perderemos intensidad de color y preservaremos el estado original del coche.

El coating tiene un precio aproximado de entre 400 y 800 euros (que variará en función de materiales, calidad y tamaño del vehículo), mientras que un PPF tiene un coste mayor, de entre 1.500 y 3.000 euros la parte frontal (la que más sufre) al tener un montaje mucho más complejo en el que se desmontan partes del vehículo, mientras que el vehículo completo puede tener un precio de entre 4.000 y 8.000 euros.

Según donde vivas o tus necesidades, podrás optar por el PPF si tienes un presupuesto mayor y tu prioridad es protegerlo contra las piedras de la carretera y los arañazos, mientras que si quieres protegerlo a largo plazo contra elementos externos, y preservarlo limpio más tiempo, el coating será tu mejor opción.

Lo importante es no llevar el coche de serie, es decir, sin ningún tipo de protección puesto que si nos vemos ante la necesidad de solventar algún arañazo o desperfecto, el desembolso será mayor, sin tener en cuenta también, el tiempo que pasaremos sin el vehículo y la posibilidad de tener una tonalidad algo diferente a la original.