Bugatti presenta su "magnum opus": el Tourbillon, con 1.800 caballos y aceleración de 0-100 en 2 segundos

Bugatti lo ha vuelto a hacer, cuando parecía que habán llegado al culmen de sus creaciones se superan una vez más con la creación del Tourbillon, un coche único tanto en prestaciones como diseño que es digno de llevar la etiqueta de obra de arte.

Bugatti marcó un antes y un después en el mundo de la automoción con la presentación del Veyron en 2005, el primer coche de calle en ser capaz de superar los 400 km/h de velocidad máxima. Más tarde llegarían el Chiron, el Centodieci, La Voiture Noire (con un única unidad fabricada), el Divo o el Mistral, todos ellos con unidades limitadas y cada vez, siendo más prestacionales y únicos que el modelo anterior.

Ahora, Bugatti supera la que parecía ser su asíntota y una vez más sorprende al mundo con la creación de un coche tan bello como asombroso en cuanto a prestaciones se refiere, una creación que seguro que desde las sedes de Maranello, Sant'Agata y San Cesario Sul Panaro ya miran con recelo.

El Tourbillon tiene un nombre acorde con su presencia, de hecho, no podría describirlo mejor pues esta denominación, viene del mecanismo que se utiliza en la relojería para lograr la máxima precisión y exactitud en los modelos mecánicos, un diminuto compartimento del tamaño de una moneda de céntimo donde se encuentran la espiral, la rueda de escape, el áncora y el volante.

El Tourbillon incorpora hasta cuatro motores en total, un V16 principal que otorga 1.000 CVde potencia y alcanza las 9.000 rpm y 900 Nm de par motor logrando un peso de tan solo 252 kg (sustituyendo al anterior W16 de mayor tamaño y peso), además de tres motores eléctricos, dos situados en el eje delantero y uno en el trasero con energía suministrada por la batería de 25 kWh, que confieren 800 CV extra al Tourbillon.

La velocidad máxima es de 380 km/h, alcanzando esta en solo 25 segundos desde parado, sin embargo, si se activa la bajada del alerón a través de la segunda llave Speed Key, la velocidad punta aumenta hasta los 445 km/h.

El CEO de Bugatti, Mate Rimac, describe así el desarrollo de este coche:

"El Tourbillon ejemplifica la mezcla de los modelos elaborados en los 20 años de hiper coches de la marca, y lleva al coupé a la era moderna además de representar el legado de Bugatti en sus 115 años de historia".

La hibridación no suma peso, sino que lo resta comparado con el Chiron, logrando circular hasta 60 km en modo eléctrico, cifras como tiempo de carga o velocidad máxima a la que se puede circular en modo eléctrico aún se desconocen.

El exterior permite admirar la línea de diseño Bugatti, notando elementos obtenidos del Veyron y del Chiron, que se unen para crear el que posiblemente sea uno de los coches más bonitos e increíbles de la historia de los automóviles.

La parrilla frontal con la parte inferior lisa y el arco de medio punto en la parte superior es ya un clásico de la marca alemana, además, la línea central del capó junto a los pasos de rueda abultados, o las entradas de aire junto al arco del marco de la puerta no dejan de resultar un elemento tradicional que logran verse renovados en cada modelo.

Dicen que lo bueno está en el interior, pero en este caso está por todas partes

El interior se mantiene analógico, acorde con el nombre con el que se ha designado al modelo, un automóvil con una elaboración tan fina que roza la perfección mecánica. En el cockpit situado sobre el volante observamos tres grandes aros con indicadores, que dan la sensación al conductor de estar a los mandos de un auténtico caza de combate. En el izquierdo a su vez nos encontramos ante tres pequeños aros donde ver la temperatura del motor, la gasolina y la carga de la batería. En el centro como no podía ser de otro modo la velocidad, que comprende entre los 0 y los 550 km/h ¿Quizás Bugatti no ha contado todo sobre la velocidad máxima real de este modelo? Y por último, el indicador derecho, donde ver las revoluciones por minuto.

Sin embargo no todo es analógico, pues una pantalla táctil retráctil oculta en el salpicadero como montaban los coches de comienzos de los 2000, permite controlar diferentes funciones del coche como la conectividad con el teléfono, la música o la navegación.