Motor
Ganador del premio al coche del año: cuando los galardones no se corresponden con las cifras reales
- Otorgado por primera vez en 1964, no siempre ha ido en consonancia con las ventas
- El Renault Scenic, ganador de la edición 2024 en Europa
Nacho González
Un repaso a aquellos coches que pese a ganar el reputado galardón, luego no tuvieron éxito a la hora de venderse al público. Te lo contamos.
El premio a coche del año en Europa (COTY) se remonta a 1964, con el objetivo de resaltar un automóvil sobre el resto en base a criterios como el diseño, confort, seguridad, prestaciones o relación calidad/ precio, y desde entonces se han premiado 61 modelos de 23 marcas diferentes.
En 2024 han sido 58 periodistas de 22 países europeos diferentes quienes han nombrado al Renault Scenic coche del año en Europa. Una denominación que tradicionalmente ha estado en consonancia con el reconocimiento mediático y las ventas, a diferencia de estos nueve coches que te mostramos a continuación:
Pese a ser su diseño una colaboración entre genios -el grupo Pininfarina y el creador de la marca Mini, Alec Issigonis- el Austin 1800 tan solo vendió 380.000 unidades en los diez años que estuvo en producción. Pese a su tamaño (4,2 m de longitud) tenía un manejo y habitabilidad notables, sin embargo, a raíz de su descuidado desarrollo, carecía de atractivo, lo que sumado a un interior muy común y una mecánica decepcionante hicieron que sus ventas nunca despegasen.
Presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 1967, asombró al público por su aerodinámico y atípico diseño, que mezclaba líneas curvas y rectas. Quizá echara para atrás al cliente que llevara un motor rotativo Wankel, o también su tracción delantera, algo inusual para la época dentro de su segmento. Vendió un total de 37.389 unidades entre 1967 y 1977, un fracaso para la marca, que acabaría siendo absorbida por Audi en 1985.
Inspirado en el Ferrari Daytona, esta berlina con aspecto aerodinámico y enorme motor americano V8,acusada de tener malos acabados y carecer de fiabilidad en caja de cambios y equipo eléctrico, tenía como objetivo fabricar 150.000 unidades anuales, algo que quedó muy lejos de la realidad. Al cesar su producción 10 años después, vendió un total de 303.345 unidades (Lo equivalente a tan solo dos años de producción en el plan inicial).
Cuando Porsche quiso hacer algo diferente al 911 se fue al extremo, pasó el motor delante y lo dotó de una enorme cilindrada; situó la caja de cambios detrás, entre los asientos posteriores. Trató de crear algo que se distinguiese del 911 y lo hizo un diseño galáctico e imperecedero, pero manteniendo la esencia de la marca, el resultado: el Porsche 928. Nació con la novedad para la marca de tener un motor V8 refrigerado por agua, además de contar con multitud de elementos de la carrocería en aluminio como puertas o guardabarros, con el objetivo de aligerarlo. Durante los 18 años que estuvo en el mercado vendió un total de 60.977 unidades, lo que lo sitúa muy muy lejos del histórico 911 al que nunca reemplazó.
Pese a estar diseñado por Patrick Le Quément (creador de icónicos modelos como el Renault Twingo o el Mégane) no tuvo el éxito que se esperaba de él. El objetivo era convertirlo en el sucesor del Granada y que su éxito fuese mayor al tener mejoras significativas en su manejo. Sin embargo, pese a su gran habitáculo o su gran capacidad de maletero (en una época donde este era uno de los requisitos indispensables para comprarse un coche), siempre estuvo a la sombra de sus rivales premium como Audi o Mercedes y las abundantes berlinas de representación de otros fabricantes generalistas.
Creado para competir con las grandes berlinas del mercado como en el caso del ganador del año anterior, el Ford Scorpio, nunca supuso competencia para las marcas premium, que abastecían de una clientela de alto nivel que no veía esta alternativa con buenos ojos. Ni la variante deportiva 3000 24V o un exclusivo Omega-Lotus lograron darle brillo entre el público. Finalmente, su producción se cesó en 1993, 7 años después de lanzarlo al mercado.
Considerado como el encargado de sustituir al exitoso CX, según los puristas este fue el último Citroën auténtico (Puede que por ser el último modelo en montar la dirección asistida con autocentrado y asistencia variable en función de la velocidad patentada por la marca). Con un estilo atípico para una gran berlina (del lápiz de Gandini, trabajando para Bertone) y suspensiones hidráulicas, vio cómo su producción iba cada vez a menos a raíz de sus problemas eléctricos que afectaban a su fiabilidad, así como una calidad de montaje que decepcionó a sus clientes.
Llegó después del Toyota Prius, pero mucho antes que el resto de fabricantes. Fue la peculiar apuesta de General Motors por la hibridación, pues era un coche eléctrico en que el motor térmico solo servía para generar la electricidad, no impulsaba las ruedas, sino que actuaba como un extensor de la autonomía que ofrecía la batería. El resultado: tan solo 10.101 unidades vendidas entre 2011 y 2015. El siguiente Ampera ya sería solo eléctrico.
El primer modelo de Jaguar 100% eléctrico es elegante y distinguido, además de destacar por sus prestaciones deportivas y comportamiento dinámico, quienes lo prueban alaban el placer que supone su conducción. ¿Cuál es el problema entonces? Su autonomía corta y sus tiempos de recarga demasiado largos, lo que ha llevado a los clientes a buscar otras alternativas como Tesla. Esto se ha traducido en que su sucesor en 2025 tendrá un planteamiento completamente nuevo.