Con el verano llegan las altas temperaturas y, por tanto, aumenta la posibilidad de que el motor se sobrecaliente. Aunque en este caso son motivos ajenos al conductor, sí que existen algunos hábitos que hacen que el motor suba su temperatura y pueda generar daños en su mecánica.Por este motivo, Midas advierte sobre las prácticas más comunes que afectan al sobrecalentamiento del coche y como evitar que esto suceda. Descuidar la comprobación de los líquidos Comprobar el estado de los líquidos del coche puede resultar algo sencillo y es por ese mismo motivo que los conductores normalmente van dejando la revisión de estos elementos. Uno de los más importantes de cara a estas fechas es el líquido de refrigeración, que se encarga de controlar la temperatura del motor y evitar que esta ascienda más de lo deseado. De esta forma, el coche podrá mantener una temperatura adecuada en todo momento, evitando así que se sobrecaliente. No limpiar el radiador El radiador es una de las piezas más importantes dentro del sistema de refrigeración del vehículo, por lo que tenerlo en óptimas condiciones es clave para evitar que el motor sufra con temperaturas extremas. Durante un trayecto en coche, el radiador se puede llenar de insectos y otros elementos que producen que el sistema de enfriamiento se bloqueé y no circule el aire de manera correcta. Asegurarse de que la rejilla delantera y la parte frontal del coche se encuentran limpias es crucial para el buen funcionamiento del radiador y garantizar así la correcta refrigeración del motor. Revolucionar en exceso y sin necesidad el motor Dependiendo del tipo de motorización, diésel o gasolina, el cambio de marcha se recomienda que se produzca en un determinado régimen de revoluciones para ser más eficiente, aprovechar la potencia del motor y cuidar la mecánica. Sin embargo, hay ocasiones en las que se revoluciona el motor, lo que produce un incremento de la temperatura del mismo. Este hecho, en verano, puede resultar muy perjudicial para la salud de nuestro vehículo debido a las altas temperaturas propias de esta época del año. Perder de vista el cuadro de mandos Aunque la conducción requiere que tengamos nuestra atención centrada en todo lo que ocurre en la carretera, no hay que olvidarse de las señales del interior. Estar pendiente de las indicaciones aparecen en el cuadro de mandos es crucial para garantizar el buen funcionamiento del vehículo, entre lo que destaca el indicador de temperatura del motor, que no debe superar los 90 grados. Por encima de esa cifra aumenta el riesgo de que el coche se sobrecaliente, por lo que es clave chequear de forma regular el cuadro de mandos del coche para asegurarse de que el coche no se sobrecalienta. Si en una de estas comprobaciones al cuadro de mandos se produce un incremento de la temperatura del motor, para el coche, apaga el motor y deja que se enfríe hasta que recupere su temperatura normal. Abusar del aire acondicionado Durante los meses de verano, la tendencia generalizada al entrar al coche es poner el aire a gran potencia y mantener esa temperatura hasta que el habitáculo se encuentra frío. Sin embargo, esta práctica es muy perjudicial para el motor, ya que se exige al sistema un rendimiento óptimo cuando todavía no se encuentra plenamente activo. Como resultado, esto puede derivar en un sobrecalentamiento, por lo que lo más recomendable es hacer un uso progresivo para no exigir demasiado al motor cuando "está frío".