Bolsa, mercados y cotizaciones
La Fed se aferrará a su mensaje de mantener los tipos
José Luis de Haro
El Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal aborda su tercera reunión del año, un encuentro en el que no se esperan sobresaltos ni grandes cambios pero que llega avalado por factores que demuestran la encrucijada a la que se enfrentan los funcionarios liderados por Jerome Powell, presidente del banco central de EEUU.
Tras un comienzo de año atormentado por el debilitamiento de la economía global, la Fed optó por disipar las dudas del mercado y dejar claro en su comitiva anterior que está dispuesta a mantener el precio del dinero sin cambios, entre el 2,25 y el 2,50 por ciento, a lo largo de 2019. Una decisión que llega aderezada por el freno progresivo en el adelgazamiento de su balance.
No obstante, en los primeros tres meses del año, la economía de EEUU ha generado una media mensual de 180.000 empleos y logró que el PIB avanzase un 3,2 por ciento entre enero y marzo. Pese a que el repunte en la actividad estuvo distorsionado por un aumento significativo de las exportaciones, los inventarios y el gasto público, los fundamentos siguen siendo sólidos.
Dicho esto, la mayor parte mercado sigue descontando que el próximo movimiento del FOMC será un recorte de tipo, previsto para la reunión del 10 y el 11 de diciembre, cuando el 41 por ciento de los operadores asumen una rebaja de 25 puntos básicos frente al 36,4 por ciento que espera que la Fed no mueva ficha. A estos porcentajes habría que añadir que el 18,2 por ciento observa el precio del dinero en un rango entre el 1,75 y el 2 por ciento, es decir, creen que se implementarán dos recortes de tipos.
Muchas mesas de inversión se aferran a la idea de que el ciclo monetario alcista a este lado del Atlántico ha llegado a su fin dado que la inflación vuelve a mostrar una persistente tibieza que debería garantizar no solo la paciencia de la Fed sino una rebaja del precio del dinero si la economía comenzase a perder impulso, como se espera a lo largo de este año.
El índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), el termómetro favorito de la Fed para medir la inflación, cerró el primer trimestre en el 1,3 por ciento, en su lectura subyacente, alejándose nuevamente del objetivo del 2 por ciento que busca el banco central. De hecho, ayer, conocimos la lectura de marzo, cuando esta misma cifra avanzó hasta el 1,6 por ciento, mínimos de los últimos 14 meses.
"Varios funcionarios de la Fed se aferrarán al hecho de que la inflación todavía es demasiado baja y si tenemos razón al esperar que el crecimiento de la actividad se desacelere a lo largo de este año, aumenta la probabilidad de que la Fed contemple seriamente recortar los tipos", explica Andrew Hunter, economista de Capital Economics.
Una visión que no comparten otros economistas, como Andrew Hollenhorst, de Citi, quien destaca que el gasto de los consumidores se recupera mientras la inflación subyacente seguirá siendo baja en los próximos meses. "Esto es suficiente para que la Fed se mantenga en modo de espera, pero no recorte tipos", aclara.