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Empleados de Alcoa se movilizan en Madrid contra los cierres de Coruña y Oviedo
El grueso de los manifestantes, a los que también se han unido colectivos como la Coordinadora de Pensionistas, han llegado en quince autobuses desde Avilés y en tres desde Galicia para pedir el mantenimiento de ambas plantas, que ALCOA (AA.NY)quiere cerrar y en las que trabajan en total 686 trabajadores.
La concentración ha transcurrido sin incidentes, salvo la ocupación de los carriles centrales del Paseo de la Castellana a la altura del Ministerio de Industria por una parte de los manifestantes, que ha provocado cierta tensión con la Policía y que ha finalizado con la retirada de los ocupantes de esos carriles a petición de los representantes del comité de empresa.
Los concentrados portaban camisetas y pancartas con el lema "Alcoa no se cierra", en castellano y gallego, y "Enerxía solución", y exhibían banderas del Principado de Asturias, de Galicia y de los sindicatos CCOO, UGT y USO.
Un ataúd con la frase "Aluminio Galego" alertaba del futuro que se cierne sobre las zonas donde se encuentran las fábricas si finalmente se producen los cierres, mientras manifestantes disparaban petardos y bengalas de colores y se proferían gritos de "la próxima visita será con dinamita".
La ministra de Industria, Reyes Maroto, ha trasladado desde Almería, donde ha presentado el proyecto de reindustrialización alternativo a la planta de Cemex, en Gádor, su solidaridad a los trabajadores de las dos fábricas de Alcoa que en esos momentos se manifestaban en Madrid.
Ha señalado a la multinacional que será responsable de la pérdida de muchos empleos, si mantiene su bloqueo, y ha apelado a su solidaridad para que "se replantee el cierre de las dos plantas" dé tiempo a buscar soluciones que puedan garantizar la actividad en las zonas afectadas como ha ocurrido con Vestas y Cemex.
Mientras representantes de los comités de empresas de Alcoa en Avilés y La Coruña eran recibidos en Madrid por el subsecretario de Industria, Alejandro Falco, al que le han dicho que les quedan seis días para ser despedidos y que el Gobierno tiene que hacer algo para que no se cierren las plantas.