Bolsa, mercados y cotizaciones
Empiezan a cuajar las expectativas de recesión en Estados Unidos
Es probable que esta semana marque un punto de inflexión en las anticipaciones de crecimiento de la economía americana. Ante un PIB mediocre, el mercado ha avalado ulteriormente un índice de Chicago preocupante, una caída de la confianza de los consumidores y una fuerte baja de las anticipaciones de la actividad manufacturera. Se van acumulando poco a poco índices que anuncian un enfriamiento serio de la actividad y algunos economistas hablan incluso de un punto de no retorno en el camino hacia la recesión
No más tarde que antes de ayer, hablábamos de las consecuencias de la recesión sobre la renta fija, la renta variable y las materias primas. Nuestros comentarios han desatado algunas pasiones entre nuestros clientes, al menos las suficientes como para volver sobre tres puntos esenciales de la discusión especialmente “calientes”: la renta fija, el binomio oro-petróleo y la renta variable. Y además, un “joker”: el dólar.
Resulta crucial comprender que las anticipaciones de recesión se imponen a todo cuando empiezan a cuajar en el mercado. La razón se llama Reserva federal y su fuerte probabilidad de bajar los tipos de interés. Pero también resulta crucial entender que una caída importante de los tipos no tiene forzosamente las consecuencias que se creen.
- La renta fija: la curva de los tipos está invertida desde el pasado mes de julio con tipos a largo plazo por debajo de los tipos monetarios. Esta situación es atípica y se explica por el hecho de que los rendimientos de los bonos prevén las bajas de la Fed meses antes de que ocurran. Pero cuidado, esto significa también que el grueso de la baja de los rendimientos puede haber sucedido ya. Es lógico que los precios de los bonos suban estos días mientras los inversores incorporen el flujo de malos datos económicos a sus expectativas. Pero se podría tratar del últimos tramo de subida hasta la resistencia histórica correspondiente a un rendimiento del 4,50% para el tipo a 10 años. ¡Femasiado tarde para comprar!
- Una recesión no es mala para el oro dado su papel para protegerse de una depreciación esperada de la renta variable o del dólar. Por tanto, la apreciación reciente del metal precioso no nos sorprende y debería seguir por esa senda durante un tiempo. El resto de las materias primas debería bajar, así como el petróleo. Aunque la situación del oro negro sea probablemente ahora mucho más complicada que este verano. A priori, la ecuación es sencilla: más crecimiento = petróleo más caro; menos crecimiento = petróleo más barato. Pero la atención del mercado se ha desplazado desde la demanda, es decir el crecimiento mundial, hacia la oferta, es decir hacia la credibilidad de la OPEP y su capacidad de acompañar la reducción del crecimiento económico de una disminución de la producción. Cuanto más gane en credibilidad la OPEP, más difícill será jugar el petróleo a la baja. El análisis técnico es crucial para valorar las fuerzas presentes y si el soporte importante de los 57-58 dólares puede aguantar.
- La resistencia de la renta variable puede sorprender. Después de todo, las anticipaciones de recesión van creciendo sin que Wall Street quiera anticipar y corregir seriamente a la baja. Aquí se abren dos interpretaciones posibles: o el mercado se deja engañar por la fuerza de los resultados de las empresas obtenidos hasta ahora y la inercia de los precios oculta una dura caída en noviembre; o la correlación entre Wall Street y el ciclo económico es más floja de lo que piensan los economistas. Dicho de otro modo, los 12.000 puntos del Dow estarían incorporando ya la anticipación, de recesión y tipos de interés de más o menos un 4%-4,50% antes de finales de 2007. Y eso porque Bernanke y la Fed tienen toda la confianza del mercado para bajar los tipos rapidamente si hace falta. El análisis técnico apoya esta segunda interpretación, que por cierto pega mejor con la historia de Wall Street desde 2003. El mercado ha subido mucho menos de lo que dejaba presagiar la explosión de los resultados de las empresas en 2004, 2005 y 2006. Resistiría mejor de lo previsto al frenazo esperado de los beneficios en 2007 aunque, por supuesto, nunca se pueda excluir una breve corrección cuando las expectativas de recesión tomen cuerpo.
- El dólar es un desconocido que puede enredar la madeja en el corto plazo. Aun admitiendo que la depreciación sea ordenada, incluso limitada, el billete verde no debería perturbar mucho a los mercados. Sin embargo, si la recesión produce una caída más profunda de la divisa, las consecuencias podrían ser dramáticas para el mercado mundial, la confianza, la subida de las primas de riesgo y la baja de todos los activos con excepción del oro.