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Ni una entidad ve a Siemens Gamesa en 22 euros, el precio del pacto entre la alemana e Iberdrola


    María Domínguez

    Ni una sola de las entidades que siguen a Siemens Gamesa ve a la compañía cotizando en 22 euros, el nivel al que se negociaban los títulos de Gamesa justo antes de la fusión con la compañía alemana. Esos 22 euros son el precio que Siemens –que controla el 59% del capital- tendría que pagar a Iberdrola –su segundo accionista, con un 8%- en caso de incumplir el acuerdo que ambos grupos firmaron de cara a la fusión.

    El presidente de la eléctrica, Ignacio Galán, ha manifestado en reiteradas ocasiones que la germana está quebrantando dicho pacto; entre otras cosas, señala que gestiona su participada como una filial.

    En concreto, el pacto parasocial que Siemens e Iberdrola firmaron hace ya casi dos años establece que, en caso de incumplimiento, la alemana abonará 22 euros por cada acción, o bien la cotización en la fecha en que se produzca dicho incumplimiento más una prima del 30% (la opción más favorable para Iberdrola). A día de hoy, el escenario más favorable para la eléctrica son los 22 euros, ya que Siemens Gamesa cotiza en el entorno de los 13,5 euros y sumarle una prima del 30% dejaría el precio en 17,5 euros. 

    De los 13 bancos que han actualizado su recomendación y su precio objetivo después de que el grupo presentase su plan estratégico (el pasado 15 de febrero), el más optimista es Société Générale, que valora cada acción del fabricante de aerogeneradores en 16 euros, según recoge Bloomberg, lo que supone un potencial del 18,5%. El más pesimista es Alphavalue, que las ve en 10,3 euros. De media, le dan un precio objetivo de 13,5 euros, justo el nivel en el que actualmente cotiza. La compañía recibe una recomendación de mantener por parte del consenso de mercado que recoge FactSet.  

    Si Iberdrola colocase su 8% en Gamesa a Siemens a 22 euros, se embolsaría 1.200 millones de euros, lo que supone un beneficio extraordinario del 41%. Con dicha entrada de liquidez, los expertos consideran que la eléctrica reduciría su deuda (estimada en 3,8 veces su ebitda en 2018) y que no repartiría un dividendo extraordinario.