Bolsa, mercados y cotizaciones
No fue para tanto: Santander cae un 4% más que su sector desde la ampliación de capital
Desde que el lunes 10 de noviembre Santander sorprendió al mercado con el anuncio de una ampliación de capital de 7.200 millones, la cotización de sus títulos ha caído un 23,23%. Un duro castigo, sin lugar a dudas... pero menos de lo que puede parecer a primera vista. En ese mismo periodo, el índice sectorial bancario del Stoxx 600, el índice de referencia europeo, ha caído un 19,36%. Santander reclamó ayer políticas fiscales y monetarias más "contundentes".
Es más, algunos de los mayores bancos del Viejo Continente, como ING, Société Générale o BNP, han sufrido pérdidas mayores.
Las ampliaciones de capital suelen provocar fuertes castigos en las cotizaciones de las empresas que las llevan a cabo. El valor de la compañía sigue siendo el mismo una vez realizada la operación, y también los beneficios, pero hay más acciones en el mercado y por tanto cada una de ellas se lleva una porción menor en el reparto de las ganancias. Santander (SAN.MC) no se ha librado de ese castigo y, además, los expertos señalan que el hecho de haber sorprendido al mercado ha provocado que la reacción fuera todavía peor. Hasta pocos días antes de lanzar la ampliación, la entidad insistía en que la situación de sus ratios era lo suficientemente buena como para no tener que recurrir a una medida de este tipo.
Cuatro puntos más de caída
Y, sin embargo, al final el castigo que ha recibido Santander por culpa de la ampliación de capital no ha sido para tanto. Al menos si se compara con la evolución del resto de los grandes bancos europeos. Su retroceso es apenas cuatro porcentuales mayor que el del índice sectorial del Stoxx 600, y uno de sus principales rivales, BNP Paribas (BNP.PA), ha sufrido un desplome incluso mayor. En apenas dos semanas y media, el segundo mayor banco de la zona euro ha perdido un 26,55% de su capitalización lastrado, precisamente, por el temor a que tenga que realizar a corto plazo una ampliación de capital. La entidad salió al paso de estos rumores la semana pasada, y negó la necesidad de buscar financiación en el mercado, pero eso no ha frenado su caída. Y todavía peor ha sido el comportamiento de Société Générale e ING, este último intervenido por el gobierno holandés.
Además, hay que tener en cuenta un factor que ha podido pesar sobre la cotización de los derechos -y por extensión sobre la del banco-. Carlos García, analista de ING, explica que "los accionistas británicos y estadounidenses, por complejidades legales que alargarían en exceso el proceso, no podían acudir a la ampliación y, por tanto, sus derechos se pusieron a la venta de manera automática".
García asegura que con la escueta diferencia en el rendimiento bursátil de Santander respecto a la media, "la ampliación de capital puede considerarse un éxito". El banco ha conseguido el capital necesario para mejorar sus ratios sin que su cotización en bolsa se haya resentido mucho más que la del resto del sector. Además, y según el analista, "Botín ha vuelto a adelantarse al mercado". En su opinión, si el resto de bancos tuviera que seguir los pasos de Santander, el castigo que recibirían podría ser mayor. "Si BBVA (BBVA.MC) quisiera realizar una ampliación de capital asegurada, como la de su rival, los bancos colocadores exigirían un descuento del 45 o el 50% sobre su precio actual", afirma, aunque matiza que el segundo banco español "puede evitar esta situación si vende activos, como su participación en Telefónica".
Fuerte volatilidad a la vista
De todos modos, todavía es pronto para que Santander cante victoria. Los derechos preferentes de su ampliación todavía cotizarán hoy en los mercados y, tradicionalmente, el último día de negociación suele ser el más volátil de todos. Y también es proclive a las pérdidas. Eso se debe a que los bancos ponen automáticamente a la venta los derechos de aquellos clientes que no hayan expresado su deseo de acudir a la ampliación.
En esta ocasión, sin embargo, ese efecto puede diluirse un tanto. Por un lado, porque los clientes británicos y estadounidenses ya se han desecho de los suyos. Por otro porque, como anunció el propio banco el martes, un 90,8 por ciento de los minoritarios ya ha decidido suscribir las nuevas acciones que les corresponden. Y por último porque, habitualmente, los inversores institucionales que no tienen intención de ejercer su opción preferente aprovechan los primeros días para deshacerse de los derechos que les correspondieran.