Bolsa, mercados y cotizaciones

El Ibex 35 no puede con los 8.200: hay que superar ese nivel para fiarse del rebote



    "El selectivo español se mantiene por debajo de la resistencia de los 8.200 puntos, esto es, la parte superior del hueco alcista generado entre el cierre del miércoles y la apertura de ayer jueves. Mientras este hueco no sea cerrado, es decir, que no haya cierres hoy viernes por encima de los 8.200 puntos, eventuales rebotes tienen visos de ser vulnerables y no nos sorprendería ver en próximas fechas nuevos mínimos anuales antes de poder tener un rebote en condiciones", señalaba Joan Cabrero, de Bolságora. Crónica de cierre: La situación bursátil vuelve a ser crítica tras perder el Ibex 35 un 9,75 en la semana.

    "Asistimos a una jornada donde lo destacable es el mantenimiento de forma general en Europa de los mínimos anuales marcados el pasado 27 de octubre. A diferencia de lo que han hecho los principales índices norteamericanos, los europeos no han perdido mínimos anuales y esto es una divergencia a vigilar atentamente, máxime cuando también se puede observar la misma en el entorno de correlaciones a nivel de divisas y en la renta variable de las bolsas asiáticas", añadía el analista de Bolságora.

    La atención se centra en los posibles movimientos accionariales en Repsol por el interés de la rusa Lukoil en la petrolera hispano-argentina. La CNMV suspendió esta mañana las cotización de Repsol y de Criteria, el holding de participaciones financieras e industriales de La Caixa -tiene un 14% de Repsol- que negocia la venta de la mitad de su participación a Lukoil. ¿Qué nos dicen los gráficos de Criteria y Repsol? El hueco alcista abierto hoy es clave.

    En cambio, el supervisor del mercado no suspendió la cotización de Sacyr Vallehermoso, principal accionista de Repsol con un 20%, y sus acciones han llegado a subir esta mañana un 21%.

    Catástrofe para el S&P 500

    La victoria bajista en la batalla de los mínimos anuales se confirmó ayer de la forma más brutal posible: con otro derrumbe que llegó al 6,71% en el S&P 500, con lo que este índice perforó los mínimos de 2002 y cayó a su nivel más bajo desde 1997. No son sólo datos, es mucho más: significa que el mercado ha perdido ya todo lo que había subido (y un poco más) desde el fin del anterior mercado bajista, el posterior al estallido de la burbuja tecnológica.

    Más aún: la última década en bolsa se ha ido por el desagüe. De hecho, más de una década: 11 años y medio. Las caídas en el Dow Jones y el Nasdaq fueron algo menores pero igualmente terroríficas: del 5,56% en el primero y del 5,07% en el segundo. Ambos acabaron justo en los mínimos del mercado bajista 2000-2004.

    Como titulaba anoche algún medio norteamericano, el mercado está hecho jirones. Completamente destrozado. El infierno de octubre, que tantos analistas decían que había quedado atrás, ha vuelto todavía con más fuerza. Y lo peor es que ahora tenemos una ruptura bajista confirmada que nadie sabe hasta dónde puede llevarnos.

    Ahora bien, Wall Street debería rebotar y con mucha fuerza, porque la sobreventa actual es brutal incluso para una volatilidad extrema como la actual. Y hoy es un buen día para ello, aunque cuidado con dar nada por seguro.

    Las excusas del nuevo descalabro fueron varias. Por un lado, las demandas semanales de subsidios de paro, que subieron hasta su nivel más alto desde 1992, Por otro, la poca confianza del mercado en que el Congreso rescate a los fabricantes de automóviles, lo que hará inevitable su suspensión de pagos. De momento, ayer decidió aplazar la decisión hasta una sesión extraordinaria en diciembre, aunque las empresas rebotaron: un 3,2% General Motors y un 10,3% Ford.

    En tercer lugar, el sector financiero sigue en caída libre. JP Morgan anunció el despido del 10% de su plantilla y lo pagó con una caída del 17,9% en bolsa. Citi batió su aterrador record de caída de la víspera con otro desplome del 26% por el miedo del mercado a que presente unas fuertes pérdidas. Ni siquiera el anuncio de que un príncipe árabe elevará su participación hasta el 5% frenó la sangría.