Bolsa, mercados y cotizaciones
PERFIL-Florentino Pérez, un empresario con ambición de líder
MADRID (Reuters) - "Florentino es un ser superior", dijo hace algo más de un año Emilio Butragueño, entonces vicepresidente del Real Madrid.
Apoyado en un núcleo de accionistas en el que le respaldan los empresarios popularmente conocidos como "Los Albertos" y la familia March, su proyecto empresarial le ha acostumbrado a ver adosados a su nombre o al de sus empresas adjetivos como "mayor" o "primero", algo que le llevó incluso a presidir el que es considerado por muchos como el mejor club de fútbol del mundo.
Teniendo en cuenta la trayectoria de Pérez en los últimos años, en el mercado se da por descontado que su intención a medio plazo es promover una fusión que daría lugar a la eléctrica líder del país.
En la cartera industrial de ACS destaca - además de su presencia eléctrica y una participación del 20 por ciento en la inmobiliaria Urbis - un cuarto del capital de la Abertis, actualmente en proceso de fusión con Autostrade para la creación de la que sería la "primera" concesionaria del mundo.
Tras convertirse en concejal del primer ayuntamiento democrático de Madrid con la UCD de Adolfo Suárez en 1979 ocupó después diversos cargos ministeriales. El fracaso electoral de la UCD en las elecciones generales de 1982 apeó a Pérez de la vida política aunque sus habilidades en este terreno se han puesto de manifiesto durante toda su trayectoria profesional.
Aplicando criterios empresariales, una vistosa y mediática política de fichajes "galácticos", una copa de Europa y un título de Liga parecían marcar la senda del éxito de su proyecto. Pero tres años de sequía futbolística le llevaron a renunciar al puesto a finales de febrero en un momento en el que su proyecto empezaba a ser cuestionado.
Las dotes de Pérez llevaron a la constructora, de tamaño medio, a ser uno de los principales contratistas de obra pública en el país.
Personalmente atesora una fortuna en acciones, ya que sólo su participación del 9,5 por ciento en la constructora tiene un valor de mercado de más de 1.200 millones de euros.
Lo cierto es que, sin necesidad de asesores de imagen, sabe dar la vuelta a una pregunta, se mete en el bolsillo con asombrosa facilidad a sus interlocutores y tiene ejercitada la muñeca de firmar autógrafos, incluso entre los profesionales de la prensa económica, poco acostumbrados a la ironía y el glamour que, aún sin querer, desprende este político nunca del todo retirado.