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El Eurogrupo mantiene la estrategia económica ante la crisis y descarta un plan de choque
"La ralentización es más pronunciada de lo que todos esperábamos", reconoció el presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, quien incidió en que la situación requiere una "reacción común" y no respuestas desordenadas de cada país.
En este contexto, "queda excluido un plan de choque" como el adoptado por las autoridades estadounidenses, agregó Juncker en rueda de prensa, pues "nuestros problemas son diferentes".
Tanto el mandatario luxemburgués como el comisario de Asuntos Económicos Monetarios, Joaquín Almunia, incidieron en que la eurozona debe aplicar con rigor el Pacto de Estabilidad, continuar con las reformas estructurales y luchar contra la inflación, con especial atención a los colectivos más desfavorecidos.
Los ministros coinciden en que la actual situación de la eurozona -cuyo PIB cayó en el segundo trimestre- es resultado de la fuerte desaceleración mundial, la persistencia de las turbulencias financieras y el elevado precio de las materias primas.
Todos esos factores afectan a las economías de la eurozona "de manera simétrica", indicó Juncker, aunque con algunas diferencias, principalmente el parón de la vivienda en ciertos países, cuyo ajuste está siendo "más fuerte".
Según el comisario Almunia, "no hay divergencias entre los países" ante la crisis y recalcó que hay una "voluntad clara" en todos los gobiernos de utilizar los instrumentos a su alcance para "enderezar la situación".
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, también presente en el encuentro, incidió, por su parte, en el problema que plantea la elevada inflación y reiteró que la estabilidad de precios a medio plazo es un requisito esencial para impulsar el crecimiento y el empleo.