Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Estafa o regalo de Dios? La SEC investiga las inversiones de un cura metido a gestor

  • Presume de que sus habilidades en bolsa son un don divino
Emmanuel Lemelson. WIKIMEDIA COMMONS


Un cura ortodoxo que en sus ratos libres ejercía como gestor de un fondo de inverstión está siendo investigado por el regulador del mercado estadounidense, la Securities and Exchange Commission, por una posible manipulación del precio de las acciones. Y él se defiende diciendo que sus ganancias son "un regalo de Dios".

La investigación de la SEC, que no implica necesariamente la existencia de hechos delictivos, trata de dilucidar si el reverendo Emmanuel Lemelson, de Massachusetts, difundió informaciones falsas que perjudicaban a algunas compañías justo después de apostar a que su cotización caería, con el objetivo de lucrarse.

El fondo que gestiona este particular hombre de Dios, Amvona Fund, es diminuto en comparación con los grandes gigantes que campean por un mercado valorado en 2,9 billones de dólares, pero la SEC se fijó en él después de que el diario The Wall Street Journal publicase en octubre una información sobre este gestor.

En ella se detallaba cómo Lemelson estaba gestionando 20 millones de dólares y había conseguido ya varios millones de dólares de rentabilidad para sus clientes. El cura, de hecho, presumía de sus habilidades casio divinas: "durante toda mi vida he presentido las cosas antes de que ocurriesen. Supongo que es un don que Dios me ha dado", afirmaba entonces este ferviente seguidor del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump que llegó incluso a bendecirle personalmente durante uno de sus mítines.

Por supuesto, cualquiera con intereses en bolsa puede criticar a las compañías en las que invierte. Lo que no puede hacer, porque está prohibido, es intoxicar con información falsa para rebajar su valoración.

La SEC está revisando algunos comentarios en el sitio web especializado en finanzasw Seeking Alpha en el que un usuario apodado Amvona difundió varios rumores falsos sobre una inminente quiebra de la farmacéutica Ligand, que cayó un 7% en sólo unos minutos. El regulador piensa que detrás de ese apodo podría estar, más que la mano de Dios, un cura demasiado avaricioso.