Bolsa, mercados y cotizaciones
El mercado se vuelve loco: presta más barato a los especuladores que a los gobiernos
- Los analistas intentan entender un fenómeno insólito
Algo extraño está pasando en el mercado de la renta fija. En todos los mercados desarrollados, la relación clásica entre la deuda de los gobiernos -que se entiende que está libre de riesgo- y el resto de activos se ha invertido. Esto es especialmente evidente en los Estados Unidos, donde prestar al Gobierno debería ser mucho más seguro que especular, por ejemplo, sobre qué dirección tomarán los tipos de interes.
Hoy en día, sin embargo, ocurre justo lo contrario: un número creciente de títulos de deuda pública están ofreciendo mejores rendimientos que los swaps sobre tipos de interés (el derivado en el que dos partes se intercambian posiciones para cobrar intereses al tipo de referencia del otro).
Este mismo fenómeno se está experimentando en Reino Unido, y en Australia el diferencial entre estos swaps y la rentabilidad de la deuda pública se ha reducido a mínimos históricos. A continuación puede verse el comportamiento en EEUU del diferencial, que se ha invertido y está ya en terreno negativo.
En parte, este fenómeno podría explicarse por el lado de la deuda pública, ya que en EEUU los inversores están haciendo que su rentabilidad suba como parte de una apuesta no demasiado arriesgada: si hay una subida de tipos, los costes de financiación de todo el sistema crecerán (y con ellos la demanda una deuda pública comparativamente más barata).
Pero esta situación también refleja una de las consecuencias no buscadas de la regulación post-crisis, diseñada para fortalecer el sistema financiero.
Bajo el nuevo sol de los mercados financieros, es más fácil y barato usar derivados para acotar el riesgo, y más caro para los intermediarios de bonos crear demanda para los activos más seguros.
"Se puede esperar que este tipo de situaciones serán más frecuentes en el futuro", explica Aaron Kohli, estratega de renta fija en el Banco de Montreal.
"La estructura del mercado y la estructura regulatoria han evolucionado (hasta ahora) en un periodo de muy baja volatilidad. Una vez que quitas esa volatilidad, no está claro cuáles serán las consecuencias secundarias", añade Kohli.
Estas explicaciones no sirven sin embargo para que algunos atónitos inversores comprendan la situación. En términos simples, equivale a ir que el mercado considera menos fiable prestar a los gobiernos que a las mismas instituciones financieras que, precisamente, fueron rescatados por aquéllos hace siete años.
"El papel de los mercados de deuda es porporcionar financiación a unas tasas acordes con la economía real", explica Steve Major, jefe de investigación para renta fija en HSBC.
"Por eso", añade, "existe el mercado de dueda pública: para ayudar a financiar de forma eficiente proyectos, negocios, etcétera. Si esa eficiencia se cuestiona, no es buena cosa para la economía".
Mientras tanto, los mercados siguen rascándose la frente para intentar entender no ya la situación, sino el por qué de un cambio tan rápido del ecosistema.
"No parece que haya una única pistola humeante que explique por qué el diferencial (entre los swaps de tipos y la deuda pública) ha cambiado de una forma tan dramática", explica Thomas Urano, gestor de Sage Advisory, que deja entrever la duda más temible: "que haya algo cociéndose bajo la superficie que todavía no haya sido identificado".