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El Reino Unido anuncia nuevos controles para detectar fraude en las emisiones
A raíz del escándalo desatado por la revelación de que Volkswagen equipó a 11 millones de sus vehículos con un mecanismo para burlar los controles medioambientales, la Agencia de Certificación de Vehículos británica comparará las pruebas hechas en laboratorios con "las emisiones al conducir en el mundo real".
El ministro de Transporte, Patrick McLoughlin, declaró que la agencia de homologación debe asegurarse de que el "problema" detectado en los automóviles de Volkswagen "no afecta a la industria en general".
El Reino Unido intenta detectar si otros fabricantes, además de Volkswagen, han instalado mecanismos en sus vehículos para que el nivel de emisiones sea más bajo durante las pruebas de homologación en laboratorios.
McLoughlin indicó asimismo que el Reino Unido es partidario de que la Unión Europea abra una investigación más amplia para comprobar si hay automóviles en circulación con dispositivos similares a los de Volkswagen.
"Mi prioridad es proteger a los ciudadanos mientras las investigaciones determinan qué es lo que falló y qué podemos hacer para evitar que vuelva a ocurrir en el futuro", dijo el ministro, quien subrayó que su Ejecutivo se toma "con extrema seriedad las inaceptables acciones de Volkswagen".
El director ejecutivo de la Sociedad de fabricantes y comerciantes del motor británica (SMMT), Mike Hawes, aseguró, por su parte, que se trata de "un asunto que afecta únicamente a una compañía".
"No hay pruebas que sugieran que algún otro fabricante está involucrado, ni que esto sea un problema de la industria en general", dijo Hawes.
La Comisión Europea invitó hoy a todos los países comunitarios a iniciar las investigaciones necesarias para determinar cuántos vehículos certificados en Europa llevan motores afectados por las manipulaciones de Volkswagen.
El presidente del fabricante alemán, Martin Winterkorn, dimitió el miércoles a causa de una manipulación que afecta a 465.000 vehículos diesel en Estados Unidos y a cerca de 11 millones en el mundo equipados con un motor del tipo EA 189.
El escándalo pone en entredicho los modelos estadounidenses de Golf, Jetta, Passat y Beetle, así como del Audi A3, cuya marca también pertenece al grupo Volkswagen.