Bolsa, mercados y cotizaciones
En el 'Marf' de Italia, el 80% de emisiones es de pymes
- El mercado español cuenta con potencial para crecer por esta vía
- Los 'mini-bonos' respaldan esta plataforma
El mercado alternativo de renta fija (Marf) nació hace casi un año y medio para que pequeñas y medianas empresas contaran con una vía adicional para encontrar financiación, sin imponer ningún requisito de tamaño. Ya se han acercado 11 compañías y la plataforma cuenta con un saldo vivo de 500 millones de euros. Pero hasta ahora son las medianas empresas las que han logrado captar cantidades considerables, no al alcance de cualquier compañía, lo que deja una puerta abierta a empresas más pequeñas con las que este mercado crezca como alguno de sus homólogos en otros países.
En el Marf italiano, el ExtraMOT PRO se han instaurado con fuerza los mini-bonos, con los que las pymes acuden para conseguir cantidades inferiores a los 50 millones de euros, pagando un interés medio del 6,35%. Estos productos suponen el 80% de las 92 emisiones que ha acogido este mercado desde febrero de 2013, según un informe de Axesor. Es más, en esta plataforma reinan las emisiones inferiores a 10 millones de euros; suponen el 51% del total, en contraste con el Marf, donde de momento no hay ninguna emisión tan pequeña, salvo las ampliaciones de pagarés. La gran diferencia entre ambos mercados "es el segmento de los mini-bonds", afirma el informe de la agencia española de rating.
"El mercado italiano refleja el peso de las pymes en la economía, con lo que lo natural sería que en España el 90% de emisores fueran pymes", indica Joaquín Poblet, director de originación y sindicación de Auriga. El experto opina que esta cifra tan elevada no parece factible ni siquiera en el largo plazo, pero sí confía en que se cree actividad en este segmento de empresas más pequeñas.
Una de las opciones para que estas firmas accedan más fácilmente al mercado pasa por la titulización, donde un fondo agrupe varios bonos de diferentes compañías. "El segundo paso es que se junten varias empresas, como sucedía antes con las cajas que se unían para emitir cédulas", apunta Irene Peña, desde el departamento de investigación del IEB.
De esta forma, los costes se reducirían, algo importante porque para algunas pequeñas empresas los gastos no compensan la emisión. "Lo que puede no ser rentable para una empresa sí puede serlo para un fondo", explica Joaquín Poblet.
La titulización permitiría a una compañía, por ejemplo, ahorrarse el desembolso que supone un rating. Para emitir bonos en el Marf es obligatoria una nota crediticia, pero al titulizar varios bonos solo el fondo necesitaría calificación.
En la plataforma española hay sitio para estos productos. De hecho, el Marf acogió un fondo de titulización, promovido por Auriga, en el que se han unido derechos de cobro de pequeñas empresas. "Los procesos de agrupación vía fondos específicos exigirán incentivos fiscales para dinamizar aún más este mercado", reivindicó Francisco de Oña, presidente de AIAF, en las últimas jornadas organizadas por BME. Italia ya acoge estructuras de titulización de esos pequeños bonos que dan lugar a un activo mucho mayor. Y el Marf italiano sí cuenta con la fiscalidad como aliado. Las compañías no cotizadas pueden deducirse los costes relacionados de la emisión y los inversores cualificados no sufren retenciones en los intereses percibidos de estos bonos.
¿Dar acceso al particular?
Otra diferencia entre el mercado español y el italiano es que en el último se da acceso al minorista mientras que en España sigue restringido a inversores cualificados, al fijar una inversión mínima de 100.000 euros, con el fin de proteger al particular. "Es una cuestión de prudencia que no limita su buen funcionamiento", opina Irene Peña, que cree que "técnicamente no falla nada".