Bolsa, mercados y cotizaciones
El optimismo sobre el QE europeo comienza a desvanecerse en Wall Street
El programa de compras de bonos soberanos y activos por valor de 60.000 millones de euros mensuales del Banco Central Europeo, conocido en la jerga económica como flexibilización monetaria o QE, sigue generando cierto escepticismo en Wall Street. El último en pronunciarse al respecto ha sido el rey de la renta fija, Bill Gross, gestor de Janus Capital, quien aseguró que este paquete de estímulo "llega corto y demasiado tarde".
"Mario Draghi no tenía otra alternativa pero llega demasiado tarde, ese será su gran problema", dijo Gross durante una entrevista con el Financial Times. "No creo que este programa funcione tan bien en Europa como lo hizo en Estados Unidos", aseguró mientras explicó que debido a que los tipos de interés son demasiado bajos y al límite en la compra de estos activos, "no podemos estar seguros que los bancos usarán ese dinero para invertir en la economía real, no se cuál puede ser el efecto positivo".
Una idea que desde su antigua compañía, Pimco, también resaltan. "No podemos engañarnos", apunta Andrew Bosomworth, director de las operaciones alemanas de la gestora. "La política monetaria puede ayudar a impulsar el ciclo de negocio pero el crecimiento sostenible llega de la inversión, la productividad y el incremento de la población y para ello tanto el sector público como el privado deberán hacer su parte", afirma.
En un momento en que la Reserva Federal estadounidense se prepara para la subida de tipos, que no llegará por lo menos hasta después del mes de junio, el BCE y el Banco de Japón toman el testigo de manos de Janet Yellen en esto de bombear liquidez al sistema. "Las políticas monetarias acomodaticias siguen expandiéndose entre varios países del mundo pero, sin embargo, sus tamaños son modestos", indica David Hensley, economista de J.P. Morgan Chase.
Aún así desde el banco estadounidense esperan que 12 de los 22 bancos centrales de distintos mercados emergentes relajarán su política monetaria en la primera mitad de este año. A ello habría que añadir las sorpresa de Rusia y Singapur que rebajaron tipos sin previo aviso. En las economías avanzadas, el banco central canadiense optó por rebajar tipos la semana pasada mientras que desde J.P. Morgan esperan que Suecia y Noruega hagan lo propio hasta marzo y retrasan en endurecimiento de tipos previsto por el Banco de Inglaterra y su homólogo neozelandés.