Bolsa, mercados y cotizaciones
Los robots quieren asesorar al inversor más pobre
Su asesoramiento independiente 'low cost' les ha puesto muy de moda en EEUU y se espera que con la entrada en vigor de la Mifid II se expandan a Europa, pero ¿qué son los 'robots financieros'?
Ni la deflación, ni la volatilidad del mercado, ni el aumento de competencia. El verdadero reto de las gestoras de fondos de cara a los próximos años es adecuar sus modelos de negocio a la tecnología. "La revolución digital es la que está cambiando la industria y hay tres claves a analizar: la manera de gestionar el dinero, la de relacionarse con el cliente y la de la distribución". Quien habla no es ni un gestor de fondos ni un inversor sino Massimo Tosato, consejero delegado de Schroders, una de las mayores gestoras europeas cotizadas. Y, es precisamente en ese contexto de digitalización de la industria donde se encuadra una de sus últimas operaciones corporativas, la de comprar el 13 por ciento de Nutmeg Wealth Management, una gestora online que establece carteras diversificadas a partir de modelos matemáticos a cambio de muy bajas comisiones.
La decisión llegó precisamente tras la entrada en vigor de la regulación en Reino Unido que prohíbe el cobro de retrocesiones a los asesores financieros o, lo que es lo mismo, una de sus mayores fuentes de ingresos, lo que ha acabado por encarecer el asesoramiento independiente y, por ende, por limitar el acceso de muchos pequeños patrimonios a este asesoramiento. De hecho, así lo explicó recientemente Tosato en un encuentro con periodistas celebrado hace unas semanas en Londres. "En distribución se ha recortado mucho para clientes con patrimonios bajos de entre 10.000 y 150.000 libras y es por ello que hemos llegado a acuerdos como Nutmeg para tener acceso a esos clientes que tienen ahora más complicado acceder a la gestión tradicional".
Este acuerdo de Schroders no es el único. También Fidelity anunció hace unos meses un acuerdo de colaboración con Betterment, una plataforma de inversión que establece un modelo personalizado de inversión para cada perfil de inversor a cambio de una baja tarifa. ¿Qué persiguen las gestoras con estos acuerdos? Una única cosa: acceder a aquellos inversores que no por contar con patrimonios más limitados tienen menos probabilidad de acceder de un modo directo a sus fondos de inversión además de establecer relaciones con las nuevas generaciones, las llamadas generaciones X e Y , más familiarizadas con las nuevas tecnologías y, según un reciente estudio de Fidelity, más dispuestas a asumir más riesgo para sus inversiones.
Los modelos que hay en España
Tanto Nutmeg como Betterment no son otra cosa que lo que se conoce en la industria como robots financieros, asesores independientes que generan a través de algoritmos matemáticos soluciones personalizadas de inversión a cambio de comisiones que oscilan entre el 0,15 y el 0,50 por ciento sobre el patrimonio. No en vano, la de asesor financiero es según un estudio de la Universidad de Oxford la novena profesión con más posibilidades de robotizarse en los próximos años por lo que no es de extrañar que desde My Private Banking Research pronostiquen que sus activos bajo gestión alcanzarán en cinco años los 255.000 millones de dólares. Quizá por ello no sorprende que también haya llegado al mercado español de la mano de Feelcapital. Esta plataforma, creada por Antonio Banda y que cuenta con el gran azote de Inverco Martín Huete como socio, ofrece a cada inversor su cartera de fondos ideal -sólo trabajan con fondos de inversión aunque prevén incluir pensiones en un futuro no muy lejano- en función de parámetros que ese inversor determina como la edad, la aversión al riesgo o el plazo de inversión. Lo hacen de entre todos los fondos a los que tiene acceso el inversor español y la selección se realiza siempre teniendo en cuenta productos que cuenten al menos con tres años de antigüedad, que estén en euros y que sean traspasables, además de tener en cuenta sus comisiones, el binomio rentabilidad/riesgo y el momento de mercado. A cambio cobran una tarifa fija, de donde obtienen el 100 por ciento de sus ingresos, de 15 euros al mes o de 150 euros al año que se paga independientemente del patrimonio que se tenga. "Lo que pretendemos es cambiar el modelo de los fondos, más ahora que los clientes han dejado de ser el rebaño de los bancos", afirma Antonio Banda, CEO de Feelcapital.
Feelcapital no es ni mucho menos la única eafi del mercado español -en número ya superan el centenar- pero es el único robot financiero al que tiene acceso el inversor español aunque se prevé que no sea el único, sobre todo una vez entre en vigor la II Directiva sobre Mercados e Instrumentos Financieros (Mifid II). Con la Mifid II se regulará más el asesoramiento y se dará más seguridad al inversor. "El riesgo es que el asesoramiento se vuelva más caro como ha pasado en Reino Unido y que muchos inversores se queden fuera. Y ahí es donde entrarían los robots financieros", asegura Santiago Satrústegui, vicepresente de Efpa. Pero el hecho de que defienda su idoneidad no implica que la considere la mejor opción. "Es una opción pero hay que tener en cuenta que no hay personalización. Es mejor que no tener nada", puntualiza.
De hecho, esa falta de personalización explica que su coste sea más bajo al que cobran normalmente las eafis, cuyas tarifas, aunque son de lo más variable, suelen oscilar entre el 0,5 y el 1 por ciento para patrimonios que rara vez bajan de los 50.000 euros, aunque siempre hay excepciones.
Una de ellas es por ejemplo la que ofrecen los fondos de inversión por compartimentos. Inversis fue la primera gestora en apostar por estos productos tan populares en Luxemburgo con el lanzamiento de tres fondos de este tipo, Gestión Boutique, Fongrum y Gestión Multiperfil que integran cada uno de ellos una serie de compartimentos gestionado cada uno de ellos por una eafi. "Lo que se busca con esto es crear carteras modelo que repliquen el comportamiento de las carteras que ofrecen las eafis a sus clientes pero socializando ese asesoramiento. Al comprar un compartimento lo que se consigue es comprar solo una cartera determinada que tiene su propio coste pero bajo el paraguas del fondo de inversión, lo que es más atractivo desde el punto de vista fiscal", afirma Horacio Encabo, responsable de eafis de Inversis Banco. Y es que los traspasos entre esos compartimentos cuentan con la misma ventaja fiscal que los fondos: no deben pagar a Hacienda.
Un negocio en alza
Según un reciente informe publicado por la firma suiza My Private Banking Research se espera que los llamados 'robots financieros' acaben este año con activos bajo gestión por valor de 14.000 millones de dólares, estando el 83 por ciento de ellos en territorio estadounidense. Pero lo más relevante no es la cifra actual sino la que se esperan que tengan de aquí a los próximos cinco años: 255.000 millones de dólares. Un pronóstico que supondría un aumento del ¡1.700 por ciento!