Bolsa, mercados y cotizaciones

En un 60% de la banca europea todavía es necesario más capital

  • 30 de las 50 mayores entidades cotizan por debajo de su valor en libros


Las dudas sobre la banca europea siguen sin despejarse. Tras los resultados de los test de estrés, que debían marcar un antes y un después en el sector financiero de la zona euro, parte de las grandes entidades europeas sigue cotizando por debajo de su valor de liquidación. En concreto, un 60%, y en él abundan los bancos italianos.

Las pruebas de solvencia no han servido para retirar la sombra que persigue a la banca europea, tras el descalabro de Banco Espírito Santo, las ampliaciones de capital de Banca Monte dei Paschi di Siena y Deutsche Bank y la desconfianza que sigue generando la banca griega entre las firmas de análisis.

Sin embargo, los resultados reflejan el esfuerzo realizado por el sector financiero español para lograr un notable incremento de sus provisiones y de su capital con el que pueden dar por concluido su proceso de saneamiento y reestructuración. Algo que todavía no pueden dar por cerrado otras entidades europeas, como las italianas.

Los 'suspensos'

Una de estas tareas pasa por convencer al mercado de que su valor en libros responde al valor real de sus activos, un hecho que no logra el 60 por ciento de los 50 grandes bancos europeos. Entre ellos, se encuentran todos los que suspendieron los test de estrés y deben tomar medidas para captar capital para cubrir los potenciales agujeros en sus balances: los italianos Monte dei Paschi di Siena y Banca Popolare di Milano, el griego National Bank of Greece y el portugués Banco Comercial; así como los que suspendieron pero ya habían adoptado medidas suficientes: los también italianos Banco Popolare y Banca Popolare de l'Emilia Romagna.

Pero entre las grandes entidades europeas que cotizan por debajo de su valor en libros también se encuentran algunas de las que superaron las pruebas de solvencia, como el austriaco Raiffeisen Bank, los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank, los franceses Crédit Agricole y Société Générale, los británicos Royal Bank of Scotland y Barclays o los españoles Banco Popular y Banco Sabadell, que cotizan a un precio de derribo de 0,68 y 0,74 veces, respectivamente.

"Un bajo precio en libros implica a priori que la empresa está barata. Ahora bien, que esté barato puede deberse a dos causas. La primera, que por algún motivo el mercado no esté teniendo en cuenta el verdadero valor de la empresa (cotiza con descuento), lo cual sería una oportunidad de inversión, o que tenga serias dudas sobre la empresa y exista una razón real para esa infravaloración", explicaba a este periódico Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank, hace unos meses.

Para Miguel Paz, director de la Unidad de Gestión de Unicorp, la principal razón de que la bolsa no reconozca el valor de los activos de estos bancos "es el desapalancamiento" que, según explica, "provoca que los márgenes se reduzcan al no fluir el crédito y depender los ingresos de otros factores".

Por el contrario, en su opinión, tras los test de estrés y una vez descartadas nuevas ampliaciones de capital, "debería reducirse el número de bancos que cotizan por debajo de su valor contable".

Bajo sospecha

A Royal Bank of Scotland y a Barclays, que cotizan a un precio de liquidación de 0,68 y 0,62 veces respectivamente, se les acumulan los problemas. La primera ha sido una de las entidades multadas recientemente por el regulador del Reino Unido por manipulación del mercado de divisas y la segunda podría ser la siguiente en la lista.

Sin embargo, las entidades más denostadas son, sin duda, las italianas, que cotizan de media a un precio de liquidación de 0,5 veces. Mejor aspecto tienen las españolas, que se negocian en bolsa a un precio que se ajusta al valor de sus activos, con una media de 1 vez, con lo que pueden dar por superada una asignatura que a principios del ejercicio 2012 constituía el mayor dolor de cabeza de absolutamente todas las entidades, pues ninguna cotizaba por encima de su precio de liquidación.

No obstante, este escenario supone un obstáculo en la hoja de ruta del Banco Central Europeo (BCE) para alcanzar una unión bancaria que persiga el objetivo de dotar de más solidez al sistema financiero eliminando su fragmentación y acercando la financiación a empresas y familias. Por ello, las pruebas de solvencia estaban previstas como un paso previo a la asunción por parte del BCE del papel de Supervisor Bancario Europeo.