Bolsa, mercados y cotizaciones
A qué PER comprar es estudiar dónde se tira el penalti
En bolsa muchas veces lo único que uno aprende es lo que averigua solo, la experiencia llega después de que se la necesite. Estos son los motivos por los que las manos fuertes, algunos grandes bancos de inversión y las gestoras que pueden permitirse gestores que cobran como estrellas de Primera División, son capaces de comprar y vender en los momentos óptimos.
¿Y cuándo llegan estos? Según la teoría del Sentimiento de Mercado, el punto óptimo de adquisición se produce en los momentos de capitulación, después de haber pasado por la negación de la evidencia, el miedo, la desesperación y el pánico. Al contrario, el punto óptimo de venta coincide con la euforia de los inversores.
Uno de los patrones a los que el pequeño inversor puede agarrarse para saber si entra caro o barato, como si estuviese comparando si la Coca-Cola es mejor adquirirla en Carrefour, Mercadona o El Corte Inglés, es el PER (el número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción). La fuerte corrección que ha sufrido en las últimas fechas la bolsa ha permitido que el multiplicador de beneficios del Ibex haya pasado de 16 a 14 veces. Una ratio todavía superior a la de la media de la última década, pero al menos justificable y no la que defendían los siemprealcistas al echar más gasolina a la subida en bolsa cuando estaba en máximos, sin pensar que estaban alentando a comprar a precios de mercado tecnológico.
Despreciar el comportamiento del multiplicador de beneficios que se paga en la bolsa española es tan ridículo como cuando en el fútbol no se estudian los lanzamientos de los penalities y se confía en el factor suerte, cuando el 60 por ciento se tiran al lugar natural del lanzador, según un estudio de Natxo Palacios-Huerta, catedrático de Economía en la London School of Economics.
La importancia de los penalties es tan crítica que el 10 por ciento de los goles que se meten en las ligas del mundo son desde los once metros y, todavía más importante, un 30 por ciento de los partidos de la fase final de un campeonato del mundo llegan a la muerte súbita. Conocer hacia dónde se va a lanzar un penalti permitiría destrozar la estadística de que un 80 por ciento son aciertos frente al 20 por ciento de fallos. Igualmente que analizar a qué PER se invierte en bolsa justifica si se compra más o menos caro.