Bolsa, mercados y cotizaciones

El separatismo escocés lleva a la libra a mínimos de noviembre contra el dólar



    Quedan nueve días para que se produzca uno de los acontecimientos políticos que más están vigilando los inversores, el referéndum sobre la independencia de Escocia. La simple publicación el martes de una encuesta en la que se veía un claro estrechamiento de la prima entre el "sí" y el "no", realizada por YouGov y publicada en The Times y The Sun, ya provocó que la volatilidad implícita de la libra se disparara en una sola sesión un 20%, máximo desde 2007. Y esa incertidumbre fue a más cuando el domingo los mismos diarios publicaron una encuesta de la misma casa que da con un 51% de los votos la victoria al "sí".

    La reacción del mercado no se hizo esperar. Fue insignificante para el Ftse 100, pero impactó en la libra, que volvió a ser la peor parada. De hecho, la divisa británica retrocedió frente a todos sus grandes cruces y, en concreto, marcó el nivel más bajo desde noviembre frente al dólar, al caer un 1,2%, el mayor retroceso diario desde julio de 2013, hasta los 1,612 dólares por libra.

    Pero estas caídas no han sido sólo cosa de un día, ya que también en el último mes la moneda británica pierde valor frente a todos sus grandes cruces. En concreto, cede más de un 4% frente a los dólares americano, australiano y canadiense e incluso pierde valor frente al débil euro.

    Camino descendente

    Unas caídas que aún pueden ir a más, sobre todo si al final el "sí" resulta ganador. No en vano, un "sí" a la independencia supondría la salida de Escocia de la libra, ya que según ha explicado el Ministro de Economía y Hacienda británico, George Osborne, en más de una ocasión, Reino Unido no estaría dispuesto a que Escocia mantuviera la libra siendo independiente.

    No obstante, el miedo a una victoria de los independentistas llevó ayer al ministro a afirmar que estaría dispuesto a ofrecer más poderes fiscales en el caso de que gane el "no".

    No sólo la divisa sufrió ante el futuro de Escocia. Las principales bolsas europeas, arrastradas por la de Londres, hicieron un alto en los avances de los últimos días, patrocinados por las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo. El principal índice británico, el Ftse 100, cedió un 0,3% (aunque llegó a perder un 1,2%), y el impacto en el Ibex fue un recorte del 0,4%. 

    Impacto en España

    Dentro de la bolsa española, Iberdrola e IAG fueron por momentos los valores más bajistas del día, precisamente por su exposición a Reino Unido, aunque al cierre el castigo se frenó en el 1,1% que retrocedió la eléctrica y el 0,95% de la aerolínea (el 33% de sus ingresos procedieron en 2013 de Gran Bretaña).

    En el caso de la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán, la penalización viene por su exposición directa a Escocia, a través de Scotish Power, empresa que compró en 2007.

    "Un hipotético nuevo Gobierno podría decidir cambiar el modelo retributivo para la distribución, fijar nuevos impuestos para la generación y/o cambiar el marco para la comercialización de energía. Además, habría riesgos añadidos si no se permite que Escocia mantenga la libra esterlina como divisa", apuntan los analistas de Bankinter.

    Reino Unido supone en torno al 20% del beneficio bruto de explotación de la española que, en concreto en la región que busca la independencia cuenta con tres centrales hidroeléctricas, ocho parques eólicos y unos 50.000 kilómetros de líneas eléctricas, según la misma firma.

    Qué pasa si gana el "sí"

    El futuro a corto plazo de la libra se presume, por tanto, muy volátil. Por ejemplo, desde Morgan Stanley aseguran en un reciente informe que han publicado al respecto que la divisa podría caer un 10%, y no sólo eso. También prevén un aumento de las posibilidades de que Reino Unido salga de la Unión Europea y un retraso en el aumento de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra. Este hipotético escenario de un triunfo del "sí" lleva a Citi a identificar tres posibles implicaciones para Reino Unido.

    El primero es el impacto negativo en la economía británica, ya que llevaría a muchas empresas "a optar por el wait and see o a decidir implantarse en cualquier otro lugar", el segundo es que el cambio del parlamento tras la salida de los escoceses del mismo dejaría en mejor lugar a los anti Unión Europea que a los pro, y el tercero es el cambio de política monetaria a la que quizá se vería abocado el Banco de Inglaterra. Y eso sin mencionar que desde Citi identifican un mercado que puede sufrir sobremanera, el de renta fija.

    "Los gilts (bono británico a 10 años) se han beneficiado hasta ahora del flight to quality pero las incertidumbres provocarían un aumento de los tipos de interés ya que se incrementaría la preocupación en cuanto al rating y la deuda de Reino Unido", afirman.

    La volatilidad a corto plazo, como se ha visto esta última semana, está servida pero la clave es analizar si esos vaivenes que pueden verse a corto plazo se disiparán tras el referéndum.

    Es la pregunta que se hacen desde Bank of America. "El referéndum en Escocia es un riesgo a corto plazo para nuestras previsiones de 2014 para la libra, sobre todo si hay movimientos bruscos en el tipo de cambio pero la clave es saber el impacto que tendría el sí en la economía". Y aquí, los analistas del banco americano quitan hierro al asunto. "Si se siguen publicando buenos datos económicos, la libra seguirá apreciándose ya que el Banco de Inglaterra lo que tiene en cuenta a la hora de subir o no los tipos es la evolución de la economía".

    Reino Unido va bien

    De momento, esa economía tira mejor que ninguna en Europa, ya que las caídas de PIB que se vieron en el segundo trimestre en la mayoría de países europeos contrasta con el 0,8% que creció Reino Unido.

    Quizá por ello, la previsión sobre la libra que manejan los analistas que recoge la agencia Bloomberg es aún optimista. De media, esperan que el cambio libra/dólar alcance los 1,68 dólares a finales de año, frente a los 1,61 en los que se intercambia en la actualidad, lo que supondría una revalorización cercana al 4,5%.