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El éxodo estival vacía Madrid y los turistas toman la ciudad
Haciendo un cálculo aproximado con las cifras de los que salen y los que llegan, se puede afirmar que una de cada cuatro personas que cualquier día de agosto pasean por Madrid es un turista.
Madrid, el municipio con más turistas de España según las estadísticas oficiales, un dato que a menudo sorprende pero que es explicable por el tamaño de la ciudad -tiene el doble de población y es seis veces mayor en superficie que Barcelona, por ejemplo-, vive en estos días el mayor éxodo del año.
Estudios del Ayuntamiento basados en encuestas revelan que dos tercios de los madrileños abandonan la ciudad en las vacaciones de verano, lo que supone unos dos millones de personas de los que más de la mitad salen en agosto.
De hecho, en la operación especial de tráfico del 1 de agosto circularán por las carreteras madrileñas 1.100.000 vehículos, según han indicado a Efe fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT), aunque una parte de ellos por supuesto serán de paso.
Así, una ciudad en la que cada día viven sus 3,2 millones de habitantes más alrededor de un millón que acude a trabajar desde el área metropolitana y las provincias limítrofes, se queda aproximadamente a la mitad para disfrute de quienes llegan para visitarla.
El presidente de la Asociación Empresarial Hostelera de Madrid (AEHM), Antonio Gil Alonso, ha dicho a Efe que "agosto es un mes magnífico para visitar Madrid" porque "se puede disfrutar de todo con más tranquilidad porque los madrileños se van".
Madrid ofrece sus museos, con el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen como los más atractivos; sus monumentos, a la cabeza de ellos el Palacio Real; sus musicales, con 30 espectáculos este mes en las agendas de las web de venta de entradas; sus restaurantes, con un tres estrellas Michelín, cinco con dos y tres con una; y sus tiendas, tanto de lujo en la Milla de Oro del barrio de Salamanca como para todos los bolsillos.
Y todo ello con la mitad de clientes que el resto del año, sin apreturas en el transporte público y con taxis libres por todo el centro.
A pesar de ello, el turismo de Madrid tiene un fuerte componente de negocios y, como en agosto no hay ferias ni congresos, los visitantes "de ocio puro y duro" de este mes, según Gil Alonso, son un 18 % menos que la media de todo el año y la ocupación hotelera se queda alrededor del 48 %.
En agosto de 2013 se alojaron en Madrid 544.980 turistas, 249.551 de ellos españoles y 295.429 extranjeros -por este orden estadounidense, británicos, franceses, italianos y alemanes-, que hicieron 1.093.394 pernoctaciones, 445.735 los nacionales y 647.659 los internacionales, aunque han indicado a Efe fuentes municipales, que han dicho esperar un crecimiento del 10 %.
Una reciente encuesta de la Dirección General de Turismo indica que en Madrid capital, el principal atractivo turístico se localiza en el distrito de Centro, con la Puerta del Sol y la plaza Mayor como lugares de mayor concentración de visitantes (41 %), seguidos de los museos (26 %), el Palacio Real (6 %), el parque del Retiro (4 %) y el Santiago Bernabéu (4 %).
En línea con ese estudio, visitantes a Madrid procedentes de otros puntos de España y de distintos países han dicho a Efe que los museos, el casco histórico y el idioma son algunos de los principales atractivos que les han llevado a pasar unos días en la capital de España.
La mayoría de los entrevistados han asegurado que están en Madrid porque tienen amigos o familiares que viven en ésta o en otras ciudades de la península, como A Coruña en el caso de unos neoyorquinos o Lisboa en de una japonesa de 34 años que va a pasar cuatro días en la capital.
Los más jóvenes optan por alojarse en hostales y reconocen que gastan poco, unos 50 euros al día, mientras que las familias eligen hoteles próximos al centro o casas de amigos y por lo general no tienen una previsión de gasto definida, aunque, como asegura una mujer de Jaén, procurarán gastar "lo menos posible".
Asimismo, los turistas tienen opiniones variadas sobre los madrileños, algunos aseguran "que se sienten como en casa" pero otros, como Emice, una argentina de 75 años que visita anualmente la ciudad, creen que son "bruscos", ya que el turista latinoamericano está acostumbrado a un trato "más amable".
En general, los extranjeros consideran que se trata de una ciudad "limpia" y que los precios se corresponden con la media de las ciudades europeas, aunque los jóvenes ven "caros" el alojamiento y la comida, porque la mayoría come en restaurantes, excepto los que visitan a familiares que compran en supermercados.