Bolsa, mercados y cotizaciones

Invertir en tiempos de crisis: Telefónica, Repsol e Indra componen el 'dreamteam' del verano



    La bandera que menos se deja ver en bolsa (y la que probablemente más inversores apreciarían que ondeara bien visible) es la que indica el momento de comprar títulos y, como no, el de venderlos. ¿No sería fantástico poseer una bola de cristal que se coloreara de verde en el instante justo en que fuera imposible perder ni un euro más con una acción, y que se tiñera de rojo cuando lo raro sería ganarlo?

    Despierte de ese sueño, porque la realidad es que si alguien la ha encontrado la tiene escondida porque en caso contrario los inversores mostrarían otros ánimos. Por un lado, varios gurús, como George Soros o Alan Greenspan abanderan la tesis de que lo peor de la crisis en el sector financiero ha quedado atrás. Por el otro, esta misma semana Teun Draaisma, estratega de Morgan Stanley, ha lanzado un informe advirtiendo que el mercado europeo está en riesgo de convertirse en "superbajista".

    Divergencia de opiniones

    Como poco, la divergencia de opiniones indica que el panorama está poco claro -la inflación está disparada, bajo la sombra del estancamiento económico se perfila una recesión y los beneficios empresariales se están resistiendo (un indicio de ello es que la recaudación por IVA del Estado español cayó en los primeros cuatro meses del año más de un 9 por ciento interanual)-. Las incógnitas invitan más a la reflexión que a la acción.

    Otro indicador de que aún los ahorradores deshojan la margarita, es el volumen de negocio de la bolsa española. En mayo, los inversores intercambiaron de manos aproximadamente cada sesión 700 millones de euros menos que en abril. Un descenso más acusado si se tiene en cuenta la media diaria anual, ya que el grifo del dinero pierde en este caso más de 2.000 millones, aunque, paradójicamente existe más dinero que nunca. Pero, por ahora, la desconfianza y la crisis invitan a que los billetes se queden debajo del colchón porque el riesgo de caídas continúa latente.

    "Los gestores tienen mucho dinero en sus carteras pero como el panorama no está claro están contenidos. Lo mejor de esta situación es que cuando el mercado comience a subir ese exceso de liquidez puede propiciar un avance muy rápido", apunta Susana Felpeto, analista de Atlas. Si lo que espera esta experta sucede, como no se encenderá un luminoso que se ponga en verde, algunos inversores se quedarán fuera. Algo a lo que prefieren no arriesgarse las firmas de inversión que participan en la creación de la Cartera de Consenso de elEconomista.

    ¿Ganan o pierden peso las empresas?

    Cartera consenso de elEconomista: peso de los valores de la estrategia de inversión hasta septiembre, elaborada por 50 firmas de análisis. Datos en porcentaje.

    Estrategias individuales

    Muchas de sus estrategias individuales (véanse páginas 8 y 9) esconden la misma receta mágica: combinar valores defensivos, con ingresos predecibles, con aquellos muy castigados, que pueden recuperarse especialmente si la crisis se queda atrás. El resultado, es que ganan importancia en la estrategia de consenso valores como Acerinox o Telecinco, que se cuelan entre los diez más importantes cuando en la anterior cartera su peso era inferior, en ambos casos al 1,50 por ciento (véanse páginas 6 y 7), y otras con ingresos más estables como ACS, Indra o Telefónica.

    Esta última es, con mucha diferencia, la apuesta más representativa de la estrategia del consenso (sube peso respecto al trimestre anterior), al quedarse con un 12,34 por ciento del total. "Pensamos que en un mercado como el actual, cuando se recupere, los que primero avanzarán serán los blue-chips. Telefónica cuenta con la ventaja de que en un sector que está lanzando alertas de beneficios, aunque ella no batió en el primer trimestre del ejercicio las previsiones sí que cumplió y, además, mantuvo sus compromisos para todo el ejercicio. Si Latinoamérica se comporta bien, eso la favorecerá", explica Felpeto.

    La pulcritud de la empresa presidida por César Alierta si bien no le ha valido para sacar pecho en bolsa -desde enero sus títulos ceden un 16 por ciento-, sí que está repercutiendo en las previsiones de beneficio, que mejoran ligeramente en un contexto de deterioro generalizado. Así, hoy los analistas que ofrecen previsiones sobre resultados piensan que ganará este ejercicio un 0,6 por ciento más, 7.765 millones de euros, al margen de extraordinarios, de lo que calculaban en diciembre de 2007. Algo que, sin ser una mejora destacada, no es la tónica general de la mayoría de valores del Ibex, ya que la previsión de ganancias para este año cae de media un 3 por ciento.

    El gancho de Indra

    El gancho de Indra también es su perfil defensivo. Los contratos que posee (estatales, principalmente), le aseguran ingresos durante algunos años y esto otorga visibilidad a sus resultados, justo lo que necesitan los inversores. Esto impulsa a algunos expertos a señalar que si el clima de la renta variable se enrarece, el perfil de su negocio la permitiría comportarse mejor que el parqué. Además, cuenta con el aliciente de que puede conseguir nuevos contratos, especialmente en Estados Unidos, y que cotiza bastante lejos del que es su precio objetivo, 20,8 euros, de acuerdo con los datos de consenso que recoge FactSet. Una valoración que parece firme ya que ninguna de las 16 firmas de inversión que en los dos últimos meses y medio se la ha revisado la baja (véase gráfico).

    Un sobresaliente para Repsol

    Entre los valores más importantes de la estrategia y que ganan peso frente a la anterior, Repsol es quien se lleva la palma en revisiones alcistas en estimación de beneficios. Entre el hallazgo sorpresa de un yacimiento de hidrocarburos que puede ser uno de los más importantes del mundo en Brasil y la subida del precio del crudo; de casi un 30 por ciento en 2008 -la exploración y producción no es el principal negocio de Repsol, pero aún así su encarecimiento incrementa la valoración de sus reservas-, a los expertos los cálculos les salen más elevados.

    Así, ahora esperan que la española gane 3.150 millones de euros en 2008, cuando al cierre de 2007 no esperaban que su beneficio alcanzara siquiera los 3.000 millones. Su mejor política de dividendos -se espera que reparta 1,10 euros por acción con cargo a los resultados de 2008 frente al euro del año anterior-, necesaria, además, para su principal accionista, Sacyr, es otro aliciente, ya que su rentabilidad por esta vía supera ya el 4 por ciento.

    En lo único que la petrolera anda más justa es en potencial alcista, ya que es inferior al 10 por ciento, tras anotarse más de un 30 por ciento desde sus mínimos en 2008, el 23 de enero, cuando cotizaba por debajo de los 20 euros por acción.

    BBVA gana en esta ocasión

    La gran banca española se queda con el segundo puesto en importancia de la estrategia, aunque hasta septiembre, los expertos cambian de ídolo. Si en los últimos tres meses esos galones los ha llevado Santander, en los próximos, BBVA se los arrebata. "Está más barato que su competidor y nos gusta su modelo de negocio. Pensamos que su exposición a México y Estados Unidos, si hasta ahora le ha perjudicado en bolsa, ahora puede empezar a darle recorrido. En parte, porque esperamos una apreciación del dólar y, además, el mercado no se ha dado cuenta todavía de que la economía mexicana se ve favorecida por el encarecimiento del precio del petróleo", apunta Javier Ruiz, desde la gestora de fondos Metagestión.