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El petróleo nos da un respiro



    Carlos Serrano-Conde

    Madrid, 19 ago (EFECOM).- Por fin, después de unas semanas de continuas subidas, el precio del barril del petróleo ha experimentado esta semana una bajada que en algo contribuirá a aliviar los bolsillos de los consumidores y las economías de los países que dependen en gran medida de esta materia prima.

    El crudo Brent del Mar del Norte, de referencia en Europa, se ha abaratado en estos últimos siete días en 3,33 dólares por barril, al pasar de 75,63 dólares a 72,30 dólares en el mercado de futuros de Londres.

    A ello han contribuido dos factores fundamentalmente: el fin de la guerra en Líbano y la confirmación de que la petrolera británica BP no se verá obligada a cerrar su yacimiento en Alaska por supuestas fugas, como había anunciado en un principio la propia compañía.

    Algo habrá tenido que ver también seguramente en la caída de precios la revisión a la baja que ha hecho la OPEP sobre las previsiones de demanda de crudo para lo que resta de año.

    Aún así, el precio del petróleo sigue siendo alto y teniendo sus efectos sobre economías como la española, que se reflejan en el empeoramiento de la inflación y del sector exterior.

    El miércoles, el Banco de España anunció que el déficit exterior de los cinco primeros meses del año fue el 31 por ciento superior al contabilizado en el mismo periodo del 2005.

    Y al día siguiente, el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer que la inflación española fue en julio 1,6 puntos superior a la media de los países de la Unión Monetaria, es decir, una décima más que el mes anterior.

    Ambos desequilibrios no representan, sin embargo, un obstáculo serio al crecimiento actual de la economía española, que en el segundo trimestre del año fue del 3,6 por ciento, de acuerdo con los datos facilitados por el mismo Instituto.

    Esta tasa, además de ser la mayor de los últimos cinco años, es resultado de un leve cambio en el patrón de crecimiento que parece asentarse lentamente desde hace algunos trimestres.

    Ese cambio consiste en un menor impulso del consumo interior que contrasta con una mejora de la inversión, fundamentalmente de la destinada a bienes de equipo.

    Paralelamente, el sector exterior atenúa su deterioro gracias a una mejora de las exportaciones que permite estrechar la brecha que aún las separan de las importaciones.

    El consumo parece estar viéndose afectado por una contención del gasto de las familias, cada vez más endeudadas por culpa del alto precio de las viviendas, que no para de crecer.

    Según datos del Banco de España, las hipotecas representan más de la mitad del Producto Interior Bruto español y algunos expertos opinan que mientras el precio de las viviendas siga encareciéndose y los tipos hipotecarios continúen su evolución alcista, la situación no mejorará.

    Precisamente, esta semana, la institución supervisora confirmó que el Euribor, el principal indicador para fijar el precio de las hipotecas, subió en julio hasta el 3,539 por ciento.

    Ese alza, además, no terminará ahí, ya que en agosto experimentará otro nuevo repunte, después de que esta semana haya alcanzado el 3,71 por ciento.

    En los últimos doce meses, este indicador ha aumentado 1,371 puntos, lo que en la práctica significa un encarecimiento de 82 euros en la cuota mensual de una hipoteca media (de 120.000 euros a veinte años) para aquellos que revisen el precio de su préstamo en las próximas semanas.

    Y esto no para.

    EFECOM

    cs/txr