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Economía/Macro.- Caja Madrid aconseja tener en cuenta los precios de la vivienda y las bolsas en la política monetaria



    MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

    Caja Madrid señala en su último 'Observatorio Económico Financiero' que los activos financieros y reales son variables que afectan cada vez más a la inflación y aconseja tenerlas en cuenta por encima de otras como los bienes o los salarios a la hora de desarrollar las políticas monetarias.

    En la actualidad, las estadísticas de precios sólo tienen en cuenta los precios de consumo, dejando al margen los de la vivienda o la actividad bursátil, lo que ha llevado, en opinión de la entidad financiera, a mantener unos tipos de interés muy bajos.

    Más aún, Caja Madrid asegura que el incremento prolongado y simultáneo en el precio de todos los activos entre 2003 y 2005 es un síntoma de que las políticas monetarias han sido "excesivamente laxas" y no acordes con el momento cíclico real de la economía global.

    El documento aclara que "tanto el IPC, como su núcleo subyacente, son indicadores parciales de precios y no tienen porqué recoger necesariamente la verdadera tendencia de la inflación de la economía".

    En este sentido, el informe señala que los bancos centrales podrían perder "la credibilidad ganada en las últimas décadas" si continúan manteniendo "en segundo plano" estas variables.

    EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN.

    Por otra parte, Caja Madrid asegura que "la inflación es ahora menos sensible a las restricciones domésticas de capacidad, pero más sensible a las restricciones globales". Así, "la incorporación a la economía internacional de los grandes países emergentes ha supuesto que los estímulos monetarios domésticos no se traducen necesariamente en un aceleración del IPC cuando hay un exceso de capacidad de oferta de bienes", según el documento.

    Por último, el informe señala que los esfuerzos de las empresas por optimizar su rentabilidad en un contexto de liberalización de mercados de capitales ha supuesto un proceso de globalización de la mano de obra que ayuda a mantener los salarios en las economías desarrolladas, limitando los efecto potenciales de segunda ronda.