Bolsa, mercados y cotizaciones
La Fed recorta estímulos y echa más leña al fuego de la crisis emergente...
La era Bernanke ha llegado a su fin y Wall Street puso el grito en el cielo con un desplome de más del 1% en sus principales índices. El tantrum será momentáneo. El presidente de la Reserva Federal culminó su última reunión del Comité de Mercado Abierto del banco central estadounidense (FOMC, por sus siglas en inglés) con una nueva reducción de 10.000 millones de dólares en su programa de compra de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, el también conocido como Quantitative Easing.
Además, despidió la comitiva con un hecho sin precedentes, todos los participantes votaron a favor de continuar con el recorte gradual de los estímulos, enterrando así el hacha de guerra entre halcones y palomas dentro de la institución más poderosa del mundo. Aún así, su sucesora en el cargo, Janet Yellen, tomará el testigo el próximo sábado en medio del tambaleo de los países emergentes, cuyas divisas se hunden ante el posible encarecimiento de la financiación a este lado del Atlántico.
Aunque los agoreros esperaban que las decepcionantes cifras de empleo correspondientes al mes de diciembre templasen los humos entre el Comité, éste fue claro al determinar que "pese a que los indicadores del mercado laboral fueron mixtos, el balance general a fin de cuentas indicó una mejora". De ahí que continuase deshaciendo las medidas excepcionales que, desde su primera ronda de compras, de un total de tres, han hecho que el S&P 500 se haya revalorizado alrededor de un 180%.
El origen de su política
Sin embargo, en estos momentos, el banco central sigue adelante con la retirada de su tercera remesa de flexibilización cuantitativa, cuyo origen se remonta a septiembre de 2012 y que a partir del próximo mes se reducirá hasta 30.000 millones de dólares de activos respaldados por hipotecas y 35.000 millones de dólares en bonos del Tesoro. Recordemos que hasta el mes de diciembre, esta compra ascendía hasta los 85.000 millones de dólares.
Esta medida, que ha engordado el balance de la Fed hasta sobrepasar los 4,1 billones de dólares, ha tenido como objetivo mantener bajos los tipos de interés a largo plazo en Estados Unidos, algo que ha permitido, entre otras cosas, el renacimiento del mercado inmobiliario patrio.
De hecho, esta misma semana conocíamos cómo los precios de la vivienda alcanzaron en noviembre de 2013 su mejor marca en casi ocho años. Esto, salpimentado con una tasa de interés a corto plazo cercana al 0% desde 2008, ha afianzado la consolidación de la mayor economía del mundo. Dicho esto, y aunque la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años se mantiene de momento en torno al 2,68% -retrocedió con fuerza tras la reunión desde el 2,75%-, la nueva agenda de la Fed apunta a un encarecimiento de la financiación, algo que ha provocado que muchos inversores comiencen la escapada de muchos mercados emergentes, como Turquía o Sudáfrica.
De ahí que desde la semana pasada, el pánico se haya extendido entre estos países, acompañado por una caída en picado en el valor de sus divisas patrias. No debemos olvidar que un encarecimiento de la financiación hace pronosticar problemas en la futura competitividad, una tóxica espiral que ha desatado las devaluaciones masivas en distintos emergentes del planeta. Una situación que, de momento, no altera los planes de la Fed y que como ya advirtió el Fondo Monetario Internacional era predecible. Muchos de los países en problemas han tenido tiempo más que suficiente desde los primeros rumores surgidos en mayo del año pasado para blindarse ante un evento que llegaría más tarde o más temprano.
Aún así, en EEUU no se puede dar por sentada la completa recuperación. Los altos funcionarios de la Fed encargados de dictar la política monetaria de la mayor economía del mundo reconocieron que "la tasa de paro, aunque se ha contraído, permanece elevada". Es por ello, que desde el FOMC indicaron que su estrategia sigue dependiendo de los datos económicos entrantes.
Si los datos "apoyan ampliamente" las previsiones de la Fed sobre la mejora en el mercado laboral y la inflación se mueve hacia la meta del 2% establecida por el banco central, probablemente la reducción de las compras mantendrá su curso "a pasos medidos en futuras reuniones", explicó el comunicado.
Tipos bajos
En un intento por mantener la tensa calma de los mercados bursátiles, no sólo en EEUU, sino en el resto del mundo, Bernanke y los nueve funcionarios que votaron en la reunión que arrancó el martes, reiteraron su compromiso a mantener las tasas a corto plazo sin cambios "mucho más allá" del momento en que la tasa de paro caiga por debajo del 6,5% siempre y cuando la inflación se mantenga en cintura.
El nuevo rumor a pie de parqué apunta ahora a que la Fed podría reemplazar dicho umbral tan pronto como en la próxima reunión de marzo. Sin embargo, incluso cuando el banco central decida poner fin a la era del dinero barato, los funcionarios proyectan que la tasa de fondos federales sólo alcanzará el 0,75% a finales de 2015.
La Fed también optó por extender su programa experimental del que podría echar mano en el futuro para influenciar los tipos de interés a corto plazo. Conocido bajo el nombre de "reverse repo", el programa utiliza la cartera de bonos de la Fed como garantía para los préstamos de los participantes del mercado y utiliza el tipo de interés de los préstamos para influir en las tasas de mercado. Esta táctica debería haber expirado este miércoles, pero el Comité decidió prorrogarla un año más, hasta enero 2015.