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Cómo invertir en la próxima revolución tecnológica: las impresoras 3D
La impresión en tres dimensiones se presenta como una de las nuevas revoluciones de cara a los próximos años y firmas como 3D Systems o Stratasys pueden ser vehículos con los que aprovecharlo. Numerosas casas de inversión, como Credit Suisse o CSC, ya se han hecho eco de los avances de este tipo de impresoras en los últimos tiempos y de lo que llaman la "democratización" de su uso.
Gran Bretaña. Segunda mitad del siglo XVIII. Una serie de transformaciones tecnológicas, sociológicas y culturales entre las que destacan la máquina de vapor y la llegada del carbón mineral como combustible, empiezan a congregarse en el tejido industrial de este país dando lugar a lo que posteriormente sería conocido como Revolución Industrial. Más de tres siglos después, otra revolución se cierne sobre el planeta, aunque en esta ocasión no tendrá como protagonista a las líneas de montaje o a las cadenas de suministro. Esta vez viene de la mano de las impresoras 3D.
Se trata de aparatos que consiguen a través de la compactación de una masa de polvo o de la inyección de polímeros imprimir maquetas volumétricas o piezas en tres dimensiones en materiales sólidos -como el plástico-, a partir de un diseño realizado previamente con un ordenador. Un proceso que puede dar lugar a la producción de objetos que las tradicionales herramientas de fabricación nunca podrían realizar.
Durante los últimos meses se han convertido en los protagonistas sobre los que los focos informativos se han posicionado. De hecho, la Fuerza Aérea del Reino Unido publicó recientemente que el avión de combate Tornado GR4 ya utiliza componentes fabricados con equipos de impresión 3D. Sin embargo, no se trata de un nuevo invento, este tipo de impresoras llevan en el mercado varios años, aunque, tal y como afirman desde el propio sector, sí que se ha visto con el paso de los ejercicios una mejora en la calidad de su impresión y una reducción en el precio de este tipo de productos, así como en los costes que suponen la fabricación de las piezas que realizan. Y es que, mientras que hace cinco años una máquina dedicada a la impresión en tres dimensiones podía alcanzar en el mercado un precio superior a los 30.000 euros, en la actualidad se pueden llegar a encontrar por menos de 600 euros, algo que ha dado lugar a que empresas y particulares tengan mayor accesibilidad a ellas.
La reducción de los costes que plantea la utilización de este tipo de máquinas en los procesos productivos de las empresas, así como la rapidez con la que trabajan son algunas de las cualidades que las compañías están poniendo de manifiesto en las últimas fechas para explicar la incorporación de este tipo de máquinas a sus fábricas. Y es que las impresoras 3D han llegado ya a sectores como el del automóvil, el de la defensa, la industria aeroespacial, la alimentación (3D Systems y Hershey han llegado recientemente a un acuerdo para desarrollar impresoras que produzcan alimentos comestibles) e incluso en el de la medicina donde ya se investiga la producción de prótesis para seres humanos.
Casas de inversión como Credit Suisse o CSC ya se han hecho eco de los avances de este tipo de impresoras en los últimos tiempos, de lo que llaman la "democratización" de su uso y de sus futuros usos. De hecho, desde la firma helvética se afirma que "el sector de las impresoras 3D es capaz de llegar a generar cerca de 11.000 millones de dólares de beneficio en el año 2020".
¿Cómo aprovecharse?
Pese a que son numerosas las empresas que producen este tipo de aparatos, en el mercado de renta variable son cuatro firmas quienes acaparan la atención de analistas e inversores. Y es que en los últimos años varias de estas compañías han registrado pingües beneficios en bolsa. Dos firmas son quienes se llevan la palma a este respecto. Se trata de 3D Systems y de Stratasys, que están alcanzando máximo tras máximo en el parqué. La primera de ellas acumuló en 2013 un alza del 161% después de haber alcanzado durante el anterior ejercicio un avance del 270%. Este año no ha empezado mal para la firma con sede en Carolina de Sur, ya que desde el primero de enero se apunta un alza del 3,35%. Por su parte Stratasys acumula un incremento medio del precio de sus acciones superior al 100% en los últimos dos años.
Todo ello se produce a raíz de una mejora en sus beneficios del 1.300% en la última década en el caso de 3D Systems y del 1.250% en el caso de Stratasys. Las dos son quienes copan una buena parte de la cuota de mercado. Sin embargo, los inversores quieren creer que estas compañías, después de las fusiones y adquisiciones que han vivido en los últimos ejercicios, pueden crecer con la venta de más máquinas en lugar de mediante la compra de otras empresas. Y por ahora lo están consiguiendo ya que en el último lustro sus ingresos por ventas se han visto multiplicados por más de 4,5 veces. Según recoge FactSet, la media de firmas de inversión recomienda comprar los títulos de ambas compañías de manera firme, aunque sólo en el caso de Stratasys se pueda hablar de potencial alcista a doce meses.