Bolsa, mercados y cotizaciones

El resurgir de los 'reyes' de Europa tras las tragedias



    Hay algunas cosas que en Inglaterra si no son incuestionables al caso es como si lo fueran. La monarquía genera un indiscutible sentido de orgullo en una parte mayoritaria de la población. La libra es el primer pilar incluso por encima de la monarquía y de ella se podría decir que al rey, la hacienda y la vida se ha de dar; pero el honor -en este caso la libra- es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios.

    Quizás por esta resistencia a preservar su primera señal de identidad se habla de que casi una cuarta parte del PIB del Reino Unido se sustenta en el sector financiero y la City sigue siendo un centro de decisión económico en muchos aspectos que nada tiene que envidiar a Wall Street. Y eso que la convulsión del sistema financiero británico como consecuencia de la caída de Lehman Brothers proporcionalmente tuvo un impacto de más calado que en EEUU.

    Mientras en la primera economía del mundo la Reserva Federal impuso como plan de rescate los TARP a toda la banca aunque no lo necesitara, por expreso convencimiento del ex secretario del Tesoro Henry Paulson, en el caso de la banca inglesa el hundimiento fue equiparable al que infringió a su armada Blas de Lezo en el Sitio de Cartagena de Indias. El guipuzcoano derrotó a la que hasta entonces era la mayor flota de buques de guerra con 2.000 cañones en 186 barcos -no todo en la historia es Trafalgar-.

    Salvo HSBC y Barclays -capitalizada con fondos soberanos- toda la banca británica fue nacionalizada. Pero las tragedias se superan y hoy la City resurge de sus cenizas como el Manchester cuando en abril del 58, tras una escala procedente de Belgrado, la recta del aeropuerto de Munich se cobró la vida del equipo que podría haber sido el rey de las copas de Europa e impedir que el Madrid se llevara la cuarta y la quinta de las cinco primeras.

    La mitad de los 'Busby babes' se quedaron en el aguanieve de Munich, pero el equipo se recompuso con reservas y canteranos y ganó 3-0 en el primer encuentro tras su accidente con una alineación que se presentó en blanco. Se había leído un mensaje del entrenador, Matt Busby, por la megafonía de Old Trawford desde el hospital Isar des Rechts de Munich en el que terminó diciendo "les gustará saber que los jugadores que quedan y yo mismo nos vamos reponiendo". Una década después, el Manchester de Busby ganó su primera copa de Europa ante el Benfica.