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Pocoyó sufre un "derrame cerebral" ante la falta de liquidez inmediata
"Cuando te dan 17 patadas en la cabeza, lo más probable es que al final te dé un derrame cerebral". Bajo ese símil, José María Castillejo, presidente de Zinkia, explicaba hace unos días a elEconomista la situación actual del grupo, que en todo momento ha sido consciente de que la advertencia lanzada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre su emisión de bonos al 11%, con la que pretendía captar 7,78 millones de euros para solventar sus problemas de tesorería a corto plazo, sería un obstáculo a la hora de culminar con éxito su objetivo.
Pero la constatación real llegó el día en que estaba previsto que se cerrara el periodo de suscripción. Apenas dos horas después de que se agotara el plazo, la creadora de Pocoyó remitía a la CNMV un hecho relevante en el que renunciaba a la emisión para solicitar, además, el preconcurso de acreedores.
Aunque la compañía declinó hacer declaraciones al respecto, hace solo una semana José María Castillejo aseguraba que sus expectativas acerca de que la emisión se cerrara con éxito eran "bajas", ya que las informaciones que habían ido saliendo "indudablemente habían paralizado a los inversores". "Está generando mucha desconfianza y eso va a hacer que, probablemente, tampoco sea una vía de financiación viable para Zinkia".
Dicho y hecho. La escasa demanda lograda, "así como el análisis de la situación financiera, la previsión de tesorería a corto plazo y las dificultades para afrontar los próximos vencimientos" llevó al Consejo de Administración de Zinkia a "presentar la comunicación prevista en el artículo 5 bis de la Ley Concursal ante el Juzgado Mercantil de Madrid". Es decir, solicitó el preconcurso de acreedores, una figura judicial que permitirá a la compañía contar con un plazo de tres meses, ampliable a cuatro, para renegociar su deuda antes de tener que declararse insolvente.
Antes de ese plazo, uno de los principales retos a los que se enfrenta Zinkia es a la devolución de los 2 millones de euros que captó en su anterior emisión de 2010 que vence ahora, con la que pretendía captar 11 millones de euros. "Si llegamos al extremo de no poder financiarnos, tendremos que renegociar condiciones y sentarnos a hablar", apuntaba Castillejo hace sólo unos días.
Un plan B encima de la mesa
Que la emisión no culminara con éxito era una posibilidad contemplada por Zinkia. "Tenemos otras alternativas" encima de la mesa. "Estamos trabajando en la firma de contratos internacionales, que podrían alcanzarse antes de final de año y convertirse en una alternativa a los bonos", apuntaba Castillejo. Pero lo cierto es que el presidente de Zinkia tampoco descartó otras posibilidades, como la llegada de un fondo especulativo o capital riesgo en la compañía o, incluso, la entrada de un nuevo inversor.
"Esa es otra alternativa más, pero estoy en la obligación de proteger los intereses de los accionistas y agotar otras vías antes de proponer una dilución. Zinkia no tiene problemas de capital, tiene más de 10 millones en fondos propios, por lo que no necesitamos ampliar capital. Lo único que tiene la compañía es un problema de tesorería a corto plazo". A largo plazo, "fijamos en 14 millones el ebitda en las previsiones anuales, lo que implica un ratio deuda/ebitda de una vez".
Sin embargo, de no conseguir la liquidez necesaria para reembolsar el principal a los bonistas que suscribieron la emisión de obligaciones simples en 2010, una de las alternativas de negociación por la que podría optar el grupo es la conversión de los bonos que emitió al 9,75% en acciones de la compañía. Una alternativa que diluiría la posición de José María Castillejo, accionista mayoritario de Zinkia, que está en posesión de un 64,7% de acciones pignoradas, lo que implicaría la pérdida de su posición de principal accionista.
En un mercado en el que "a las pymes se las estrangula sin liquidez mientras otros están inundados de ella en busca de oportunidades", Castillejo asegura que "han venido varias veces" algunas grandes productoras al rescate. "Nuestra marca es una oportunidad. Tiene un tamaño gigante a nivel mundial".