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Montoro como Mourinho, parapetos de sus jefes



    Una de la las cosas que ha conseguido nuestro ministro de Hacienda es unir a los españoles de las dos ideologías. Casi todos están contra él. Cristóbal Montoro tiene el mismo talante provocador que José Mourinho, capaz de monopolizar todo el escenario. En el más vulgar castellano ambos son como yegua preñada en el prado (se lo comen todo), y el mejor parapeto para que sus superiores escapen de las críticas. Sólo hay que comprobar cuánto debe añorar Florentino Pérez la figura del luso ahora con Carletto (Ancelotti).

    El ministro de Hacienda ha sido capaz de provocar una nueva indignación popular al asegurar que "los sueldos en España no bajan, moderan su crecimiento". La afirmación contrariaba hasta el catedrático emérito Juan Velarde, que con claridad palmaria reconoce que "por fortuna están bajando y gracias a esto la economía española está siendo más competitiva". Montoro, el ministro que podría haber abanderado al partido de izquierda más radical, saca de quicio a su propio electorado que votó reducir el tamaño del Estado y se ha visto achicharrado a impuestos. Uno de esos liberales de los que respiran ideología por la dermis y la tienen metida hasta el tuétano dice que "es una desgracia nacional. Es como si en lugar de Churchill, la Segunda Guerra Mundial la hubiera hecho Chamberlain".

    Montoro, muy respetado por su primer paso en Hacienda como secretario de estado y luego ministro, tuvo su mentor en Rodrigo Rato. En el caso de Mourinho fue Louis Van Gaal el principal impulsor de su carrera porque el propio holandés reconocía que cuando llegó al Barça se quedaba con él, aunque procedía del equipo que dejó Robson, porque era el único capaz de decirle las cosas que pensaba y no las que quería escuchar. Montoro debe tener esa misma capacidad porque es quien ha hecho renunciar a Mariano Rajoy de la totalidad de su programa económico.

    El ministro de Hacienda pretende desmontar la idea de que la economía tiene su propia naturaleza y no historia. Ya ha sacado al país de la recesión y ahora hace falta lo importante: crecer, aunque recaudemos como Grecia y gastemos como Francia. En las últimas décadas nadie en recesión ha elevado sus ingresos fiscales subiendo impuestos directos e indirectos, convirtiendo además el país en territorio hostil para el ahorro y la inversión. Puede que Montoro consiga el reto pero 'The special one' (Mourinho) se presentó en el Madrid para ganar tres champions con tres equipos diferentes, y fracasó.