Bolsa, mercados y cotizaciones

Di Stéfano y Mobius, creadores de nuevos mercados



    De los tres grandes futbolistas del siglo XX, Pelé, Maradona y Di Stéfano, el único que verdaderamente abrió lo que entonces eran mercados emergentes fue don Alfredo. A Pelé, el Santos le conminó con mucho dinero a no salir de Brasil hasta su etapa americana y ya en su senectud futbolística se marchó a la liga estadounidense en la que eran más importantes los descansos publicitarios que los goles.

    Maradona es muy discutible que triunfase en el Barça, aunque sí lo hizo en el consolidado calcio donde ganó dos scudettos con el Nápoles. Sin embargo, Di Stéfano sí que supo abrir mercados y puso la semilla para que hoy la Liga española sea junto a la Premier la más admirada del mundo. Di Stéfano es el Mark Mobius del fútbol. Este gestor es el doctor Livingston de la exploración de nuevos territorios para la inversión, el Marco Polo de la gestión colectiva. El gestor estrella de Templeton es pionero en la gestión de economías emergentes y una de las figuras más reconocidas para el inversor cuando se habla de los gigantes económicos del futuro, especialmente si se trata de países asiáticos. Di Stéfano, por su parte, llegó al Madrid tras destrozarlo en su cincuentenario con el Millonarios de Bogotá y un escandaloso contubernio en el que el Barcelona fue el engañado. El club catalán lo tenía fichado y Raimundo Saporta se presentó en la calle Balmes, donde vivía Di Stéfano, con el mensaje de Santiago Bernabéu de que el "Madrid estaba dispuesto a pagarle un millón de pesetas aunque fuera por pasear por la Castellana".

    La intromisión obligó al general Moscardó a la salomónica decisión de que al jugador se lo repartirían cuatro años alternos cada equipo. El Barça renunció y el Real Madrid ganó sus cinco primeras copas de Europa, se amplió el Bernabéu, y el fútbol español se convirtió en la mejor carta de presentación del país para el mundo. Di Stéfano conquistó Europa y al Madrid le puso los versos de Martín Fierro: "Soy toro en mi rodeo y torazo en el ajeno". La gran arma de Di Stéfano fue apoyar poco los talones en el suelo, la de Mobius para conquistar países emergentes -mercados de los que espera ofrezcan rendimientos anuales del 15 por ciento durante la próxima década- desconfiar de lo que hace la multitud; comprender que lo importante es el valor y no el precio; ser paciente y espaciar las inversiones; y ser consecuente respecto a la tolerancia máxima de la pérdida.