Bolsa, mercados y cotizaciones
La operadora financiará la compra sin comprometer ni su deuda ni su 'rating'
Telefónica ha diseñado un plan lo suficientemente armado como para poder financiar la compra de la filial alemana de KPN manteniendo "estable el ratio de endeudamiento". ¿Cuál es el secreto? Buscará casi todo el dinero que necesita a través de emisiones que alterarán su capital y no elevarán la deuda de su balance.
Una cuadratura del círculo que incluso le permitirá mejorar ese ratio de endeudamiento y, sobre todo, mantener a salvo su rating, que al final es la carta de presentación con la que acude a financiarse en el mercado.
Aparte de dar entrada a KPN en la nueva sociedad, Telefónica tiene que desembolsar un total de 4.140 millones de euros en metálico -2.840 para la ampliación de capital y 1.300 millones para comprar el 7,3% de participación a KPN-. Ese es el trato. Al menos la mitad de esta cantidad, entre un 50 y un 65%, la quiere obtener con una colocación de deuda híbrida. "No serán preferentes", afirman fuentes cercanas a la operación, que apuntan más bien a las emisiones híbridas que están utilizando este año las compañías europeas. Otra parte importante, entre un 20 y un 30%, se financiará con la venta de bonos convertibles. Con ambas colocaciones puede captar hasta 3.726 millones de euros.
Lo ventajoso de estos dos productos es que tienen un tratamiento contable diferente a la deuda convencional al computar al cien por cien como capital para la compañía y no como deuda, lo que permitió a la operadora subrayar que "mantiene el objetivo de situar su nivel de deuda neta por debajo de los 47.000 millones de euros a finales de este año".
Con esta fórmula, Telefónica sólo elevará su deuda en 828 millones de euros en el peor de los casos el próximo año. Esta es la cantidad que necesitaría para completar el 20% de esos 4.140 millones que necesita para la compra. En la estructura más positiva para la compañía, únicamente la incrementaría en 414 millones.
La teleco no tiene marcado ningún objetivo para 2014, que es cuando comenzaría a anotar esta deuda, pero en cualquier caso se mantendrá cerca de los 47.000 millones porque el consenso de mercado estimaba antes de la compra de la alemana unos compromisos de 46.500 millones para el próximo año.
Eso sí, en los análisis de las agencias de rating hay un parte de los híbridos que sí se considera deuda, concretamente, la mitad. Mientras que la otra mitad la incluyen como capital. Es por ello que para las calificadoras el impacto de la adquisción sobre la deuda de Telefónica puede estar entre los 1.449 y los 2.174 millones de euros.
Mejora sus ratios
Si esta vez Telefónica ha dado el paso sin miedo a que las agencias puedan deteriorar su rating es porque lo tiene todo bien atado. Es más, tal y como ha diseñado la financiación le permitirá ser más grande -y dejar de ser ese bocado que interesa a otros peces mayores- y mejorar sus ratios. Y todo sin apalancarse.
"A efectos contables, la variación del ratio de endeudamiento va a ser incluso positiva. No hará falta recortar el dividendo ni vender activos", valora Javier Borrachero, analista de Kepler Capital.
¿Es posible que mejore este ratio pese a que habrá un leve aumento de deuda? Sí, porque ganará más de lo que crecerá esta deuda. Según previsiones facilitadas por la compañía, el beneficio bruto (ebitda) que se puede apuntar con la nueva sociedad puede estar entre 1.500 y 1.600 millones de euros. Ante esta expectativa, el ratio de endeudamiento podría rondar el año que viene las 2,2 veces, frente a las 2,35 veces que antes estimaba el consenso de bancos de inversión.