Bolsa, mercados y cotizaciones

La crisis política de Portugal abre otro capítulo de 'los periféricos sufren más'



    Estampida. Es la palabra que mejor define la huida que los inversores emprendieron tras el mal dato macroeconómico publicado en China, la prolongación de la tensión en Egipto, la incertidumbre en Grecia y, sobre todo, la crisis política que vive Portugal. La dimisión de Paulo Portas -ministro de Asuntos Exteriores portugués y también líder del partido CDS que sustenta la coalición de Gobierno-, sólo unas horas después de la de Vítor Gaspar, el ya exministro de Finanzas, pone en peligro la supervivencia del primer ministro portugués Pedro Passos Coelho.

    Aunque podrían no ser las últimas dimisiones según publica la prensa local, las consecuencias en mercado fueron inmediatas. Tanto, que el PSI 20, el principal índice bursátil luso, se situó en mínimos del año al caer un 5,31%, en la que fue la mayor caída diaria desde abril de 2010. Una escena que, aunque más suavizada, se repitió en el resto de Europa (donde la periferia volvió a ser la más castigada). Y no sólo en la renta variable, también en el mercado de renta fija.

    La gravedad de la situación es tal, que Passos Coelho convocó a los principales partidos políticos para evaluar una situación que la Comisión Europea, en voz de su presidente José Manuel Durao Barroso, asegura que puede hacer a Portugal perder la credibilidad financiera que ha ganado después de dos años respetando las cláusulas de su rescate.

    De hecho, el sector más penalizado en la bolsa lusa fue el bancario (aunque ni un solo valor aguantó el envite bajista en positivo). No obstante, la entidad más perjudicada fue Banif, que perdió un 14%. Por detrás se situaron BCP y Espirito Santo con descensos superiores al 10%.

    Se propaga el contagio

    "En el corto plazo habrá incertidumbre y eso debería ser negativo para el mercado de renta variable portugués y por contagio para el español. Especialmente las empresas con mayor exposición al mercado interno y un mayor apalancamiento deberían experimentar mayor volatilidad, así como los sectores más ligados al riesgo soberano: banca, telecomunicaciones y utilities", señala Javier Flores, de Asinver.

    La elevada exposición de la banca española a la deuda portuguesa provocó que el Ibex 35 sufriera el segundo descenso más acusado de toda Europa. El principal índice de la bolsa española, que llegó a caer un 3%, mitigó las pérdidas al cierre hasta el 1,56%, que dejó al índice en los 7.763 puntos, lastrado, sobre todo, por la banca.

    Claro que tampoco ayudó en nada que la agencia de calificación Moody's recortara la nota crediticia de las tres entidades nacionalizadas -Bankia, Novagalicia y CatalunyaBank-, bajo el argumento de que podrían necesitar asistencia adicional en un momento en el que España podría tener dificultades para asistirlas debido al compromiso de cumplimentar con el objetivo de déficit. Aún así, la penalización más pronunciada fue para Popular, que se anotó un retroceso del 5,46%.

    Tampoco se escaparon de rebajas de rating otras entidades europeas como Barclays Bank, Credit Suisse o Deutsche Bank. Aunque en su caso fue otra agencia, Standard and Poor's, la que metió el tijeretazo en la nota de su deuda a largo plazo. Aunque a diferencia de España, los descensos vividos en el resto de Europa no fueron tan acusados.

    A pesar de que Portugal no es el único foco de incertidumbre de cara a los próximos días (Grecia podría haber recibido un ultimátum para comprometerse a aprobar nuevas reformas en el sector público), desde Ecotrader recomiendan mantener la tranquilidad y esperar al cierre semanal antes de mover ficha. "Lo que estamos viendo es una corrección severa del rebote de la semana pasada, pero no hay peligro alguno mientras se mantengan los mínimos de la semana pasada a cierre semanal. Sólo así veríamos un deterioro", explican. Esos mínimos son los 7.500 puntos del Ibex o los 2.500 del EuroStoxx que, de momento, se mantienen. "El cierre de los índices europeos muy lejos de los mínimos de la sesión es una noticia positiva", explica Daniel Pingarrón, analista de IG.

    Si las bolsas europeas no los tocaron fue gracias, en parte, a Wall Street. En un clima semifestivo donde los índices estadounidenses solo cotizaron hasta media sesión como antesala al cierre que hoy se vivirá en la bolsa de Nueva York por el día de la Independencia, la creación de 188.000 puestos de trabajo en el sector privado (más de lo esperado) sirvió de revulsivo a un Wall Street que aguantó en positivo y mitigó las pérdidas del Viejo Continente. Desde Bankinter hacen hincapié en que el final de semana cuasi festivo favorecerá las posiciones en liquidez, presionando las bolsas a la baja.

    Lo que queda por venir

    Sin la referencia de Estados Unidos hasta el viernes, las miradas estarán puestas en la reunión mensual del Banco Central Europeo (BCE) y la del Banco de Inglaterra. "No esperamos que se produzcan alteraciones en sus tipos, aunque como siempre miraremos con lupa el discurso de Draghi, ya que no es descartable que anuncie nuevos apoyos materiales o verbales", apunta Julián Lirola, de Selfbank. "Es probable que Mario Draghi, en contra de lo sucedido tras la reunión de junio, adapte su discurso al gusto de los mercados, y haga todo lo posible por no decepcionar hoy, aun en ausencia de medidas, que es la hipótesis más plausible", añade Pingarrón.