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Industria agropecuaria teme crisis si falla mano obra inmigrante



    Atlanta (EEUU), 27 jul (EFECOM).- La actividad agrícola en EEUU puede verse muy afectada de no concretarse en este país una reforma migratoria que ofrezca solución a los trabajadores del campo, en su mayoría inmigrantes indocumentados, según algunos agricultores.

    La Coalición Agrícola para la Reforma de la Inmigración ha advertido de que, si no se facilitan visas a estos trabajadores extranjeros -la mayor parte mexicanos-, la industria agropecuaria y otras afines corren el riesgo de entrar en una crisis aguda.

    Ese fue el mensaje de Fred West, empresario avícola e integrante de la coalición, al secretario de Comercio estadounidense, Carlos Gutiérrez, en su reunión de esta semana en Atlanta.

    "Si las industrias agrícolas de elevada mano de obra se ven forzadas a desplazarse al extranjero, perderemos entre tres y cuatro empleos en los sectores económicos afines por cada trabajador de granja", dijo West.

    El vicepresidente de la granja avícola "Amick Farms", de Carolina del Sur, consideró, además, que "estos son buenos empleos, ocupados en su mayor parte por estadounidenses".

    West se refería a industrias como las de tractores, maquinaria, transporte, parte de la "logística de la agricultura", que se verían afectadas.

    A la reunión del lunes asistieron también Don "Skeeter" McCorkle, director ejecutivo de "McCorkle Nurseries", de Georgia; y Truett Cathy, fundador y presidente de la cadena de comida rápida "Chick-fil-A", con sede en Atlanta, capital del estado de Georgia.

    Georgia tiene una de las legislaciones más duras contra la inmigración ilegal en Estados Unidos.

    La Ley 457, que entrará en vigor en este estado el 1 de julio de 2007, busca endurecer las sanciones contra las empresas que contraten a indocumentados, entre otras medidas.

    Las empresas agropecuarias han expresado su preocupación por el impacto que esa ley va a tener sobre la mano de obra inmigrante del sector, y en Washington el senador republicano por Georgia Saxby Chambliss se ha hecho eco de ello.

    Chambliss ha presentado la iniciativa S. 2087, conocida por el nombre de "Ley de protección del empleo y la fuerza laboral agrícola".

    Con ella busca, según sus propios términos, "proveer un mecanismo que resuelva la presencia de trabajadores agrícolas indocumentados en EEUU sin crear una potencial paralización del trabajo en las granjas del país y sin ofrecer una nueva senda para la ciudadanía".

    John Farner, director de relaciones legislativas de American Nursery & Landscape Association, una asociación de viveros con sede en Washington que creó la Coalición Agrícola para la Reforma Migratoria, apuntó que la eventual deportación de todos los trabajadores agrícolas de EEUU pondría fin a esa industria.

    "Toda la comida fresca tendría que llegar de México, de Canadá y de otros países", dijo Farner.

    También señaló los peligros que eso supondría para las industrias vinculadas a la agricultura.

    "Se acabarían muchos empleos en 'John Deere'", planteó en referencia a una de las principales fábricas de tractores y otra maquinaria agrícola, "y esos trabajos -dijo- son realizados por estadounidenses".

    La coalición propone una simplificación de la emisión de la visa para trabajadores agrícolas temporales y la elevación del salario mínimo que fija la ley, de manera que ésta no tenga un efecto adverso sobre los ingresos de los trabajadores agropecuarios al aumentar la oferta laboral.

    Asimismo, propugna un mecanismo para la legalización de trabajadores que demuestren su experiencia en la agricultura.

    Farner sostiene que el sector necesita la mano de obra inmigrante porque no hay suficientes ciudadanos estadounidenses y residentes legales interesados en trabajar en él.

    "Es algo que ocurre también en el sector manufacturero. El nivel educativo de los estadounidenses va en aumento y estos jóvenes buscan empleos en la alta tecnología", explicó.

    "Muchos obreros que han pasado toda la vida en una fábrica no quieren que sus hijos sigan sus pasos. Lo mismo pasa en la agricultura de mucha mano de obra", añadió.

    Para Farner, el presidente de EEUU, George W. Bush, y su secretario de Comercio comprenden la urgencia del asunto.

    "Gutiérrez mismo es un inmigrante que vino de Cuba en la década de 1960", precisó.

    Farner también expresó su optimismo de que cada vez más legisladores de la Cámara de Representantes lleguen a comprender que con sólo aplicar las leyes de deportación no se resolverá la cuestión de los inmigrantes indocumentados. EFECOM

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