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RSC.- EPA no tomará nuevas medidas para reducir las emisiones de las torres de refrigeración, ya que el riesgo "es bajo"
MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) anunció recientemente que no tomará medidas adicionales para la reducción de las emisiones tóxicas en las torres de refrigeración en las plantas de esterilización de óxido de etileno y en las terminales de fabricación y distribución de cinta magnética y de gasolina, ya que en su opinión el riesgo sobre la salud humana y el Medio Ambiente "es bajo".
Según informa en un comunicado la agencia estatal, esta decisión fue el resultado de diversos análisis realizados por este organismo que demuestran que los estándares existentes sobre las emisiones de gases contaminantes "siguel siendo válidos para proteger la seguridad y la salud pública".
Desde 1990 esta organización ha puesto en marcha 96 normas diferentes sobre gases tóxicos que exigen a las compañías que reduzcan sus emisiones en 1,7 millones de toneladas al año. La llamada Ley de Aire Limpio desarrollada por la EPA tiene el objetivo de reducir el impacto de estos gases peligrosos en ocho años después de su puesta en marcha.
Para ello, la Agencia ha estado revisando constantemente estas normas, con el fin de proteger de mejor forma la salud de los habitantes de Estados Unidos proponiendo nuevas reducciones siempre que las nuevas tecnologías de control de la emisiones y de la contaminación muestren que éstas pueden ser alcanzables por las empresas.
La decisión de no cambiar las medidas de emisiones para las torres de refrigeración llegó después de analizar las emisiones de estas instalaciones tras la implantación en 1994 de la Norma de Aires Tóxicos y de determinar que los riesgos para la salud humana y sobre el Medio Ambiente "son bajos".
Las fábricas de esterilización comercial utilizan óxido de etileno para esterilizar las fuentes de calor y los productos sensibles a la humedad. En la actualidad en Estados Unidos más de un centenar de fábricas cumplen con las exigencias medioambientales sobre sus emisiones.
La norma de 1994 es una de las 96 dirigidas a mejorar el control tecnológico con nuevos estándares que exige a 174 sectores industriales que reduzcan sus emisiones en 1,7 millones de toneladas de 187 gases peligrosos diferentes.
Con esta medida se ha conseguido que en estos procesos de esterilización se reduzcan sus emisiones en cerca de 1.000 toneladas cada año. Con los actuales límites de las emisiones de estas industrias, insiste la EPA, "no existe riesgo de cáncer ni de peligro alguno sobre la salud de las personas".