Bolsa, mercados y cotizaciones
Los récords de financiación 'corren' en contra del inversor
Esta semana compañías españolas como Red Eléctrica, Repsol o Telefónica han 'empapelado' el mercado con deuda a precios históricamente bajos. Pero lo que son plusmarcas de financiación para las empresas se traduce también en intereses menos atractivos para el inversor
Correr 100 metros en solo 9,58 segundos es posible. Así lo demostró el jamaicano Usain Bolt en 2009 en el mundial de atletismo de Berlín, en el que impuso un récord en esta prueba que todavía nadie ha logrado batir. El mero hecho de cruzar la meta en un tiempo inferior a los 10 segundos ya es un desafío al alcance de pocos atletas. Igual que tampoco es sencillo estar presente hoy en día en la carrera por conseguir financiación barata en el mercado, a la que en estos momentos únicamente acceden las grandes compañías. Esta semana algunas cotizadas españolas no solo se han enfrentado a este reto, sino que además han establecido una nueva plusmarca, al pagar intereses históricamente bajos por colocar su deuda. Pero en esta carrera, ¿corre el reloj en el mismo sentido para el inversor?
Los bancos centrales y sus políticas de estímulo -la última acción ha sido este mismo mes con la rebaja del Banco Central Europeo (BCE) del tipo de interés oficial de la zona euro- han despejado la pista para que las compañías salgan al mercado a unos costes más moderados e impensables hace un año. En los últimos días hemos presenciado toda una competición en la que el precio a pagar era cada vez más bajo, hasta niveles nunca vistos en España.
La plusmarca absoluta se la ha llevado, de momento, Red Eléctrica al asumir un interés de solo el 2,464% (con un cupón del 2,375 por ciento) por vender bonos a seis años, mientras que la rentabilidad de la deuda pública española con ese vencimiento cotiza por encima del 3%. También otras empresas como Repsol y Telefónica esta semana han batido su anteriores récords. La petrolera, con títulos a siete años a un precio del 2,713% (y un cupón del 2,625%) y la teleco, desembolsando un 2,736% por bonos a seis años.
Desde el punto de vista del inversor, los hitos de estas compañías no son más que un reflejo de la menor rentabilidad que les ofrece ahora la deuda corporativa. Es cierto que estas emisiones se colocan prácticamente por completo entre inversores institucionales y que no llegan al minoritario, pero el rendimiento que puede obtener el particular comprando los títulos en el mercado secundario -en el que se negocia después de ser emitidos- también es más reducido.
Los bonos que lanzó Repsol el lunes, por ejemplo, ahora cotizan al 2,676%. Este interés, conocido como TIR, no es más que la rentabilidad real que supone hoy la inversión si se conserva hasta el vencimiento. Se tiene en cuenta tanto el cupón que paga la compañía como el importe al que se adquiere la deuda. Cuando hay compras en el secundario y el precio sube, como ha sucedido en el bono de Repsol estos días, baja la rentabilidad que se puede cazar.
Recorrido casi agotado
Hace unos meses, cuando muchas compañías empezaron a regresar al mercado en busca de financiación ante la caída del riesgo país, algunos gestores sí recomendaban entrar en deuda privada de empresas españolas a la espera de que los diferenciales continuaran estrechándose. Y así ha sido. Casi todos los títulos que se emitieron hace unos meses se han comportado bien, es decir, que los precios han subido y ahora las rentabilidades son más bajas, por lo que el momento no invita a entrar.
La deuda a nueve años emitida por Red Eléctrica en enero, con la que también marcó un récord a ese vencimiento que aún conserva, se cerró a un cupón del 3,875% y ahora esos mismos bonos cotizan al 3,123%. Otro ejemplo es el bono a cinco años con el que Prosegur hizo historia. Si en abril ofrecía un 2,75% de rentabilidad, ahora el interés de la inversión sería del 2,15%.