Bolsa, mercados y cotizaciones
Sin reacción ante los planes de una retirada de la Fed
Mientras los principales indicadores a este lado del Atlántico se acomodan en zona de máximos históricos, en la trastienda de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke y sus chicos ultiman ya los detalles que pondrán fin a más de cuatro años de respiración asistida a la economía estadounidense. Un plan que debería llegar en dos fases: el primero, realizar un torniquete sobre el programa de compra de bonos y activos hipotecarios, el conocido como Quantitative Easing, que en su tercera entrega engulle mensualmente alrededor de 85.000 millones de dólares.
A continuación, el banco central de Estados Unidos debería comenzar a elevar los tipos de interés, actualmente situados en niveles "extraoridinariamente" bajos, entre el 0 y el 0,25%.
Según informó el pasado fin de semana el Wall Street Journal, los funcionarios de la Fed ultiman los últimos detalles que darán luz verde a un proceso que podría poner en peligro la reciente euforia bursátil en Estados Unidos. Los expertos de la Reserva Federal planean reducir la cantidad de bonos que suman mensualmente a su descomunal balance de cuentas, que supera ya la monstruosa cifra de 3 billones de dólares, a través de un proceso "escalonado" y "cuidadoso", que se realizará variando sus compras dependiendo de la evolución de la confianza en el mercado laboral y la inflación. Sin embargo, la incógnita sigue siendo cuándo comenzar.
Cada vez más cerca
"El fin del desmantelamiento del QE es un evento esperado para el último trimestre de este año", afirma John Normand, estratega de divisas de JP Morgan. "El fin de la política monetaria laxa y el incremento de las tasas de interés, probablemente están todavía a dos años de distancia", aclaró. De momento, como indicó el diario WSJ, en el banco central estadounidense, siguen perfilando su estrategia de comunicación a los mercados.
Recordemos que la Fed se ha comprometido a mantener los tipos a cero hasta que la tasa de paro descienda hasta un nivel situado en el 6,5%. Sin embargo, entre los detalles dados a conocer, los funcionarios quieren evitar crear expectativas de que su retirada será un proceso uniforme y previsible como ocurrió entre los años 2003 y 2006, cuando las tasas de interés a corto plazo se incrementaron de forma constante, en un cuarto de punto durante más de 17 reuniones consecutivas.
De momento, el artículo del Wall Street Journal confirmó lo que ya muchos saben, la compra de activos no es infinita y llegará a su fin. Es por ello que la reacción del mercado fue nula. Pese a que Wall Street se mantuvo prácticamente plano , acumula una subida del 11% desde el último QE. "¿Es realmente una sorpresa para los mercados que la Fed tenga una estrategia de salida?", se preguntaba en una nota a sus clientes, Henrik Drusebjerg, estratega de Nordea Bank. "Sigo pensando que la Fed va a continuar con el QE mientras los datos macro sean débiles", añadió.
Los inversores conocieron como las ventas minoristas subieron inesperadamente en abril un 0,1%, cuando el consenso del mercado descontaba una caída. Aún así, otros datos siguen demostrando señales de debilidad para la mayor economía del mundo, que como viene siendo costumbre continúa envuelta en su habitual letargo primaveral. De hecho, como apuntaba Chris Williamson, economista jefe de Markit, los funcionarios de la Fed no van a centrarse demasiado en las buenas noticias que se conocieron durante el mes de abril. Al fin y al cabo, existe una tendencia clara de un debilitamiento continuo en el crecimiento de las ventas minoristas, lo que probablemente provocará que Ben Bernanke y sus chicos no apliquen su plan de retirada, al menos, hasta finales del verano.