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Última oportunidad para hacer las mejores cuentas de cara a Hacienda



    Aún está a tiempo de atar algunos cabos y, sobre todo, de ver los errores para preparar bien la declaración de 2013. Con la subida fiscal, la compensación es vital para el inversor

    Es una de las épocas del año que más temen muchos ciudadanos. No tiene nada que ver con los cambios bruscos de tiempo, con el auge de las alergias o con síndromes como la astenia primaveral. Reunir toda la documentación y preparar la declaración ante Hacienda se convierte a veces en un verdadero dolor de cabeza. Más cuando hay novedades en la tributación, de las que esta vez no se libran los productos financieros, y sin que todas ellas afecten a las rentas del pasado ejercicio. Aunque a esta alturas es tarde para diseñar una estrategia con la que reducir la factura fiscal aún está a tiempo de atar algunos cabos y, sobre todo, de ir preparando bien la de este año.

    La subida impositiva a las rentas del ahorro es uno de los grandes cambios de la declaración de 2012. Este alza en los tipos atañe a la gran mayoría de productos financieros, desde depósitos a letras del Tesoro, pasando por pagarés y bonos de empresas a dividendos o fondos de inversión. Las rentas ingresadas con estos vehículos tributarán al 21% si son inferiores a los 6.000 euros, al 25% si están entre esa cantidad y los 24.000 euros y al 27% en el caso de importes superiores. Aumenta así el porcentaje a pagar desde la horquilla del 19-21% del año anterior.

    Poco puede hacer el contribuyente en estas fechas para intentar reducir sus cuentas con el fisco de cara a estas subidas, aunque Victoria Rubio, asesora fiscalista de Citibank, da algunos consejos: "Buscar gastos deducibles, calcular bien los costes de adquisición, probar a hacer la declaración separada de los hijos o ser precisos con el tema de la compensación".

    Aprovechar las pérdidas

    Este último aspecto, el de la compensación, es imprescindible para el inversor, especialmente en un momento como el actual en el que la subida de la tarifa para las rentas del ahorro permite poder jugar más con la calculadora este año y aprovechar fiscalmente las pérdidas. Lo ideal hubiera sido revisar la cartera antes de acabar 2012 para ver cómo podrían compensarse las ganancias con pérdidas que aún siendo arrojadas por otros productos tuviesen la misma naturaleza. Un ejemplo práctico es el de un inversor que obtuviese ganancias en la venta o el reembolso de un fondo de inversión y las compensase con pérdidas generadas en renta variable.

    En este sentido solo hay que tener en cuenta que entre la compra y la venta de cualquiera de estos productos deben transcurrir al menos dos meses para que se considere una variación en el patrimonio y, por tanto, para que puedan compensarse entre sí.

    Precisamente aunque ya sea tarde para intentar materializar pérdidas o ganancias según lo que interese para compensar, sí que es importante que a la hora de preparar la declaración se distinga y separe bien todo que es considerado como un cambio de patrimonio para evitar errores comunes.

    "Aún es habitual, pero un error, incorporar como ganancia de patrimonio la diferencia entre el precio de compra y el de venta en productos de renta fija ", destaca Victoria Rubio. La asesora explica que no afecta en el tipo de tributación para el contribuyente -también se le aplica el rango del 21-25-27% del ahorro-, pero sí en el tema de las compensaciones porque en este caso se trata de rendimientos del capital mobiliario.

    Otro de los errores más comunes es pensar que el golpe fiscal que aprobó el Gobierno a las plusvalías afecta ya a esta declaración. Las ganancias patrimoniales que se cierren en menos de un año pasarán a tributar a la escala de gravamen del IRPF, es decir, en función de la renta del contribuyente y no del importe de las plusvalías, lo que en la mayoría de los casos implica un tipo más alto. Pero esta novedad entra en vigor este año y no en la declaración de 2012.

    El inversor, por tanto, aún dispone de margen para intentar rebajar la factura fiscal de 2013 gracias a este punto. Y es que pese a penalizar a las plusvalías a menos de un año, el cambio de tributación favorece que se puedan aprovechar las minusvalías a corto plazo para compensar en la base general, en la que ahora figurarán, siempre recordando que hay un límite del 10%. Así, si el contribuyente tributa en el IRPF por 50.000 euros, podrá compensar hasta 5.000 euros.

    Subida de IRPF

    La reducción en la base general que podrá hacerse con las pérdidas patrimoniales en 2013 también es vital desde el momento en el que los tipos marginales del IRPF también han subido. Este alza, de hecho, es otro de los grandes cambios de la fiscalidad para la declaración actual. La escala general ahora va desde el 24,75% para las rentas inferiores a los 17.707 euros hasta el 52% para las de más de 300.000 euros -alcanza el 56% en algunas comunidades autónomas-.

    Los nuevos porcentajes este año solo afectan a una minoría de productos financieros: los planes de pensiones y los planes de previsión asegurados (PPAS). La clásica ventaja fiscal de este tipo de inversiones es que a pesar de hacer aportaciones periódicas se difiere la tributación hasta el momento del rescate. A ello se suma este año un posible ahorro para las rentas elevadas gracias al diferencial de tipos. Para rentas medias o bajas, en cambio, "ya no hay que mirar los planes de pensiones desde el punto de vista fiscal, sino como un producto de inversión y ahorro a largo plazo", opinan en Citibank. Una de las estrategias que la firma sí ofrece a sus clientes desde el punto de vista fiscal es "hacer aportaciones periódicas muy pequeñas, por debajo de lo que podría el ahorrador, y al final de año revisar para saber cuánto más puede aportar y ver si conviene fiscalmente".