Bolsa, mercados y cotizaciones

El 70% de CFA no cree que la prima suba



    La relajación de la desconfianza en torno al Reino de España cada vez es más evidente: el diferencial del bono español a diez años con respecto a su par alemán llegó a cotizar durante una sesión por debajo de los 300 puntos básicos por primera vez desde marzo de 2012. El 40,64 de los profesionales encuestados cree que seguirá a la baja y un 29,22% son neutrales.

    El nº 3 de Inversión a Fondo, la revista digital y gratuita sobre mercados y fondos de elEconomista, arroja una interesante conclusión sobre el sentimiento de los inversores, gracias al acuerdo de colaboración con CFA Society Spain. Pongámonos en situación: hace cinco años, el concepto "prima de riesgo" se utilizaba para definir a la rentabilidad adicional que se le exigía a un activo para batir la inflación y llevarse un beneficio extra. En 2008, los inversores sólo exigían 13 puntos de rentabilidad adicional al bono español a diez años con respecto del alemán. Hoy, esa diferencia ronda los 300 puntos, aunque llegó a tocar máximos de 638 puntos básicos el 24 de julio de 2012.

    La prima de riesgo se ha convertido en uno de los principales dolores de cabeza del inversor y goza de muchísimo seguimiento por parte del sector y de los medios de comunicación. Eso puede explicar que en la encuesta mensual sobre sentimiento de mercado el interés de profesionales con acreditación de CFA por la tendencia del diferencial fuera casi siete veces mayor que la de los interesados por la tendencia del Ibex 35 para los próximos tres meses. La buena noticia es que, pese a que han vuelto al mercado las voces que sugieren que España podría pedir el rescate, un 40,64% de los profesionales CFA que operan en España, Andorra y Portugal (un 3,8% más que los que participaron en la encuesta de marzo) creen que la rentabilidad adicional del bono español frente al bund seguirá cayendo, frente al 30,14% (un 1,19% más que en marzo) que creen que subirá.

    En cuanto a la bolsa, el rescate de Chipre ha hecho estragos en el sentimiento de los CFA: si en marzo un 63,13% se definían alcistas y ninguno bajista, en abril la tasa de alcistas ha caído hasta el 46,88% y los bajistas han repuntado hasta el 31,25% del total.

    Telefónica necesita más tiempo

    En el nº3 de Inversión a Fondo nos dedicamos a diseccionar el margen de beneficio de una histórica del Ibex, Telefónica. Mucho ha cambiado la estructura económica y empresarial de España durante la crisis. Las compañías han tenido que adaptarse a un entorno complicado, de costes de financiación muy elevados (o directamente sin acceso al crédito) y caída del beneficio. En este periodo, Telefónica ha pasado de ser una compañía en plena expansión y con uno de los dividendos más boyantes del Viejo Continente a ejecutar una fuerte política de desinversiones y cancelar el pago del dividendo de 2012 por culpa de una abultada deuda difícil de manejar. La firma que preside César Alierta ha tenido que vencer, además, los problemas relativos a un sector maduro que no arroja las cifras de crecimiento conseguidas durante la expansión de la telefonía móvil e Internet. Al estancamiento de los resultados de la teleco, se suma una caída de su beneficio por el aumento de costes durante los últimos años. Una situación que llevó al margen de beneficio (porcentaje de la facturación que convierte en beneficio) del año 2012 al menor nivel de la década, por debajo del 7,2%, según datos de FactSet. Muy lejos queda el promedio del último decenio, situado en el 11,68%, al que llegó después de firmar siete años consecutivos -entre 2004 y 2010- de márgenes de doble dígito.

    La máxima prioridad de Telefónica pasa ahora por cuadrar su deuda y recuperar su dividendo más que por recuperar márgenes. De hecho, según las previsiones del consenso de mercado, su porcentaje de ganancias sobre ventas no volverá al doble dígito al menos hasta 2017. Y ni con esas conseguirá recuperar el nivel del último decenio, ya que las previsiones apuntan a que en un lustro tendrá un margen un 1 por ciento inferior a la media de los últimos años. Esta situación provoca que el beneficio de Telefónica no volverá a acercarse a niveles precrisis -por encima de los 6.000 millones de ganancias- hasta 2017. Este deterioro se debe a la estructura de costes de la empresa, y no tanto a la de sus ingresos, ya que la compañía ha conseguido mantener sus ventas en la zona de máximos -por encima de los 60.000 millones de euros- a pesar de la crisis. Para conseguirlo ha tenido que lanzar tarifas más competitivas para captar nuevos clientes, situación que ha dañado sus márgenes. De hecho, el número de accesos de la teleco creció casi un 40 por ciento desde 2008 hasta 2012.

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