Bolsa, mercados y cotizaciones
Las preferentes 'buenas' han tenido hasta ahora tres soluciones distintas
- Telefónica, Endesa y Gas Natural ya han dado una salida a sus participaciones
Cada vez quedan menos participaciones preferentes emitidas por empresas industriales en circulación. La última en buscar una solución a los tenedores de estos títulos ha sido Gas Natural, que el martes acordó la recompra de los 609 millones de euros que Unión Fenosa -la filial del grupo íntegramente participada- emitió en mayo de 2003. Tras su decisión, solo quedan por resolver las preferentes de Repsol, Hotel Meliá (Sol Meliá) y Deoleo (Sos Cuétara) -sin contar las participaciones emitidas por la banca-.
En concreto, Gas Natural ha propuesto la recompra de cada título por el 93% de su valor nominal -ubicado en los 25 euros-, lo que significa que el inversor recibirá 23,25 euros por cada participación que tenga en su poder. Se trata de un precio ligeramente superior al de mercado, ya que estas participaciones cotizan en los 23,20 euros a fecha de 17 de abril, según los datos que recoge AIAF.
Según la propia compañía, quienes se acojan a esta oferta lograrán una rentabilidad media anual del 3,74% desde el inicio de su cotización. Los interesados recibirán un único pago en efectivo el próximo 20 de mayo. Para ello, Gas Natural abrió ayer mismo el periodo de aceptación de la oferta de compra, que estará vigente hasta el próximo 16 de mayo.
Otros abrieron el camino...
La propuesta de Gas Natural se suma a las ya lanzadas por Telefónica y Endesa. Fue en octubre del año pasado, cuando la teleco decidió dar carpetazo a los 2.000 millones de euros -ampliados desde los 1.500 millones iniciales- que aún tenía en preferentes. A diferencia del canje elegido por Gas Natural, que será únicamente en efectivo, el de Telefónica se basó en la entrega de 1.000 euros por participación, de los cuales el inversor tuvo que destinar el 60% a la compra de obligaciones simples con vencimiento a diez años y el otro 40% a la compra de acciones procedentes de la autocartera de Telefónica.
Con la ejecución de esta operación, la operadora logró un doble objetivo. Por un lado, afianzó su misión de reducir su compromiso financiero -fijado en los 50.000 millones de euros a finales del año pasado- y por otro, los tenedores de estos títulos se desprendieron de un producto cuyo paralelismo con los emitidos por las cajas de ahorros ha hecho que tengan la consideración de malditos.
Precisamente para acabar con el estigma de las preferentes, Endesa también decidió terminar con las suyas recomprando en efectivo los 180 millones de euros restantes que mantenía en estas participaciones. Lo hizo en febrero por el 100% del nominal -los otros 1.320 millones de euros restantes que completaban la emisión que realizó en 2003, los amortizó en 2011-.
...que Repsol debe recorrer
Solucionadas las tres emisiones anteriores, ahora todas las miradas recaen sobre Repsol. Sobre todo, desde que efectuó la venta de su negocio de Gas Natural Licuado (GNL) el 26 de febrero; ni más ni menos que el condicionante al que estaba supeditado el canje de sus participaciones preferentes por valor de 3.000 millones de euros.
Aunque a finales del año pasado se llegó a especular con que la petrolera podría ofrecer una solución similar a la de Telefónica -basada en el intercambio de un porcentaje de sus preferentes por un bono a largo plazo y otro por acciones de su autocartera-, la venta de todos sus títulos propios por valor del 5% de su capital social a Singapur Temasek en marzo imposibilitó la segunda pata de esa opción.
No obstante, aunque Repsol no se hubiera desprendido de su autocartera, ésta habría sido insuficiente para canjear los 3.000 millones que aún tiene en preferentes, ya que si quisiera convertir las preferentes en capital, con la acción cotizando a 16 euros, la petrolera habría tenido que entregar aproximadamente un 14,6% de nuevas acciones. Así que eliminada esta vía, todo apunta a que, como ya adelantó el propio Brufau, la solución más factible pasa por el intercambio de estos títulos por bonos a diez años.