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¿Y tras los máximos del S&P 500? Qué esperar de un mercado si lo tiene casi todo



    Gráfico S-P-500

    El primer trimestre de 2013 se cerró con el S&P 500 en máximos históricos, en la zona de los 1.565 puntos. La pregunta que muchos inversores se hicieron acto seguido fue: ¿Y tras cuatro años de espera, cómo puedo aprovechar esto?

    Mientras que muchos analistas utlizan el repunte del 10% en el año como una oportunidad para mejorar su previsiones para 2013, otros prefieren ser cautos y mantenerse fieles a sus estimaciones originales para el S&P.

    Con esto en mente, Marketwatch ha reunido a cuatro analistas cuyas predicciones no solo figuran entre las mejores de 2012 para el índice S&P, sino que además no han modificado sus estimaciones iniciales, preguntándoles qué esperan para el resto del año y qué consejos dan a sus clientes.

    Gina Martin Adams, estratega de acciones institucionales de Wells Fargo Securities, ve a finales de año al S&P en los 1.390 puntos, un 11% por debajo del cierre del jueves. En 2012, su estimación inicial fue un cierre para el año en los 1.360 puntos, un 5% por debajo de los 1.426 en los que terminó el ejercicio.

    Esta estratega espera un crecimiento débil de los beneficios corporativos. Además, destaca que los mejores sectores serán los defensivos, como los servicios sanitarios y de consumo básico. "Están muy bien posicionados y han sido los mejores del año, con ganancias hasta la fecha entre el 12 y el 16%".

    Por otro lado un dólar fuerte y la debilidad económica en Europa hacen probable que se expriman las ganancias para empresas con una gran exposición internacional. Eso significa alejarse de sectores como la tecnología, la energía y los industriales.

    Sí a las multinacionales

    Las previsiones de Savita Subramanian, estratega de Bank of America Merrill Lynch, en marzo de 2012, apuntaron a un cierre anual para el S&P de 1.400 puntos, frente a los 1.426 en los que cerró el ejercicio. Por ahora, estima un cierre en 2013 en los 1.600 puntos.

    "Todos hablan de la debilidad de la economía, pero cuando nos fijamos en el sector empresarial, se ve muy bien en comparación con 2007", señala. "Hay un montón de dinero en efectivo".

    Subramanian opina lo contrario a Adams cuando se trata de empresas con una gran exposición internacional. El hecho de que las multinacionales no estén cotizando a su prima histórica es una señal para comprar acciones de tecnología, industria y energía. En cambio, sería prudente con los servicios públicos y las telecomunicaciones.

    Por su parte, Brian Belski, estratega jefe de inversiones de BMO Capital Markets, exanalista de Oppenheimer, se aferra a su predicción inicial y sitúa el S&P en los 1.575 puntos a finales de año.

    Belski recuerda que desde 2010, el S&P 500 ha promediado una ganancia del 7,4% en el primer trimestre, seguida de una pérdida del 5,2% en el segundo, un aumento de 0,7% en el tercero y un aumento de 6,8% en el cuarto.

    Este analista recomienda concentrarse en acciones con una alta rentabilidad por dividendo, baja volatilidad y con una rango de previsión de beneficios estrecho.

    EEUU vs Europa

    De todos los analistas citados, la predicción más acertada fue la de Tobias Levkovich, estratega jefe en Citi Research. Levkovich predijo un cierre del S&P en los 1.425 puntos. Su previsión para 2013 es de 1.615 enteros y ve muy poco probable que vaya a revisar esta cifra en próximas semanas.

    Advierte de un freno en la subida del índice en la segunda mitad del año, en mitad de la incertidumbre sobre la crisis económica en Europa, la política presupuestaria de EEUU y los cambios en la política de la reserva Federal.

    Dicho esto, el analista espera que mejoren las condiciones de acceso al crédito en EEUU para apoyar la expansión económica y el crecimiento del empleo, con un repunte del PIB en la segunda mitad del año.

    Los subsectores favoritos de Levkovich con compañías de software, hardware y servicios de tecnología y equipos, seguros y servicios públicos. Las áreas para evitar, son las que serán sensible a una desaceleración europea, como los fabricantes de automóviles y compañías de materiales, en particular las compañías químicas.