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La mayoría de las empresas en concurso acaban liquidadas
Las causas de este fenómeno son, según PwC, la desconfianza que provoca la gran lentitud del sistema judicial, la estigmatización del empresario que pide concurso y la percepción de que de que la legislación actual protege más a los deudores que a los acreedores.
"Esta realidad hace que se acuda menos al sistema legal y, en todo caso, mucho más tarde que en otros países, sin que se haya conseguido aumentar el grado de satisfacción de los acreedores", dijo en el informe el presidente de PwC España, Carlos Mas.
El estudio revela una tendencia mayor que en otros países a desjudicializar determinadas fases del concurso, especialmente la liquidación.
De hecho, de acuerdo con PwC -que espera que para finales de este año unas 8.000 empresas y personas físicas caigan en situación de concurso-, España está a la cola de Europa en la utilización del proceso concursal.
Los mecanismos de desjudicialización empleados son: acuerdos privados entre deudor y acreedores para liquidar su patrimonio, posibles sindicatos de voto en la junta de acreedores para la aprobación del convenio y acuerdos o convenios concursales desjudicializados, de forma total o parcial.
"Existe cierto acuerdo en que los mecanismos que la ley establezca para liquidar los activos de una determinada compañía, deberían estar en todo caso encaminados a garantizar la continuidad de la sociedad, más que limitarse a certificar la defunción de la misma, puesto que, como es sabido, en la práctica, la mayoría de las empresas ya llegan 'muertas' a los juzgados de lo mercantil", señala PwC.