Bolsa, mercados y cotizaciones

Democratizar la inversión sin limitación territorial



    Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo», con estas palabras Arquímedes definió el principio de la palanca, y con una simple palo fue capaz de hacer flotar un barco que estaba en un dique seco, recién construido, lleno de gente y mercancía, con la sola fuerza de su mano. La idea presentada al rey de Siracusa revolucionó los principios de ataque y defensa de la época y sirve para exponer el apriorismo que hoy afirmamos en elEconomista: "Dadme los mejores valores del mundo y batiremos a los principales mercados".

     Esta máxima, la de trasladar al inversor particular los títulos de bolsa más aconsejados por los bancos de inversión (aquellos que más crecen, más remuneran, mejores recomendaciones tienen, se compran más baratos y representan una selección lógica de la bolsa mundial) es con la que presentamos en elEconomista un nuevo índice de la familia Stoxx, el Eco30, el primer índice de bolsa mundial que lanza un medio de comunicación. Una herramienta que utiliza criterios profesionales para batir a la bolsa europea y estadounidense, que agrupa treinta títulos semestralmente en los que los analistas coinciden que hay mucho valor que extraer y en los que merece la pena aguantar largo tiempo. Esta estrategia como cartera ha logrado batir en el último año a ambos índices. Un reto que a más largo plazo ya logra el Eco10, el índice de ideas de inversión de la bolsa española construido trimestralmente por medio centenar de firmas de inversión y que en sus más de seis años de vida aventaja en 28 puntos de rentabilidad al Ibex 35.

    El Eco30 nace bajo la premisa de recoger la selección de los expertos, como el Eco10, que surgió de Las Carteras de Consenso, cuando el que por entonces era mi director me dijo que "yo y mis amigos los analistas habíamos dejado muchos muertos en la cuneta". Le respondí que "la teoría de que un mono lanzando dardos al azar era capaz de batir al mercado era falsa y que el consenso de analistas es capaz de imponerse sistemáticamente al mercado". Una década después aquella teoría queda demostrada.

    Como ideólogo del proyecto Eco30 quedan un nutrido grupo de agradecimientos para quienes han hecho posible que hoy sea una realidad. A Ecoprensa, editora de elEconomista, porque en estos siete años me ha confiado y ha promovido las condiciones necesarias para desarrollar muchos de los productos que llevan al inversor ideas con las que trabajan los profesionales que son apreciadas por el ahorrador español (Eco10, Ecodividendo, Ecofondo Morningstar, Ecotrader, elMonitor, el Termómetro, el Ecomárgen, el Sentimiento de Mercado?), herramientas que constituyen pequeños hitos en la divulgación de la cultura financiera al inversor español y sustentan gran parte de su éxito en la permanente auditoría que hacemos de las estrategias presentadas. Gracias incondicionales al equipo de Mercados de elEconomista, esos pretorianos que hicieron el trasvase cuando vimos la luz a finales de febrero de 2006 y los que se han ido incorporando en estos casi siete años, en los que identifico algunos de los mejores profesionales de finanzas de la prensa española y que todos ellos han hecho una causa común del propósito de democratizar los mercados. A Factset, en especial a Nicolas Williams, por todas esas horas dedicadas a construir los preliminares del Eco30 (los Selectores de Valor de elEconomista y el Detector de Tesoros de elEconomista), pero sobre todo por su ayuda para confeccionar el decálogo de filtros para seleccionar por criterios fundamentales de mercado las compañías que forman parte del Eco30. A Stoxx, compañía que pertenece a la bolsa alemana y suiza, por la confianza de haber creído en la estrategia de elEconomista como líder de opinión mundial, y en especial a Helena Octavio, con quien hemos conseguido que hoy elEconomista tenga ya dos productos de la familia Stoxx que defienden la necesidad de crear índices representativos de la economía con el objetivo de batir el comportamiento de los mercados a los que se enfrentan.