Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado se vuelve optimista, pero cuidado con la euforia



    La pasada fue una gran semana para elMonitor y su selección de valores. Casi todos los miembros de nuestra lista subieron en línea o incluso mejor que el mercado. Las bolsas de todo el mundo han mejorado porque los inversores han adoptado una visión más optimista del precipicio fiscal, las ventas prenavideñas parecen buenas en EEUU (tal como lo sugieren los datos del viernes negro), los miedos a Acción de Gracias retroceden, China ha dado algunas nuevas señales de recuperación y Japón parece moverse hacia una política monetaria más expansionista. Hasta Alemania se unió a la fiesta con una sorprendente subida del índice de confianza empresarial IFO. Todos estos factores han contribuido a mejorar las expectativas sobre el crecimiento y a incrementar el apetito por el riesgo.

    No es sorprendente que este escenario favorezca a las acciones expuestas a la economía global y/o que suelen sobrerreaccionar a los movimientos del mercado. Así, en EEUU, Celgene (CELG.NQ)fue la estrella de la semana en una escalada que anuncia un ataque a sus máximos anuales. United Technologies (UTX.NY) se despertó y empezó a recuperar el momentum que necesita para justificar la confianza de los analistas. A este lado del Atlántico, Diageo (DGE.LO) en Reino Unido y BNP Paribas (BNP.PA) en Francia brillaron y dejaron atrás sus máximos anteriores para tratar de iniciar otro tramo alcista antes de cerrar el año.

    En el otro extremo, Rio Tinto (RIO.LO) fue el patito feo de nuestros grandes valores al no conseguir capitalizar la recuperación de los precios de los metales industriales. Es una decepción y sugiere que el mercado no está (¿todavía?) preparado para materializar la confianza que los analistas tienen en el valor. En España, Enagás (ENG.MC) tampoco consiguió levantar cabeza. Puede que tenga un perfil demasiado defensivo para aprovechar el interés de los inversores para títulos más arriesgados.

    Como suele ocurrir cuando el mercado rebota a finales de noviembre, los inversores hablan de rally de Navidad. Wall Street está liderando el movimiento y parece dispuesto a atacar sus máximos anuales (hablamos de la zona de los 1.475 puntos del índice S&P500). Hay buenas razones para ello: las valoraciones no son exigentes, las noticias económicas apoyan a las bolsas, la temporada de Navidad puede favorecer una inercia alcista de los índices y la Reserva Federal mantiene todavía una actitud muy acomodaticia.

    Pero sería un error dar por sentado un ataque exitoso a los techos de septiembre. Primero, porque todavía no hay un acuerdo fiscal en EEUU y no parece que los políticos no vayan a pelear antes de llegar a un consenso. Tendremos los pretextos para corregir posibles sobrecompras. Segundo, porque no está nada claro que el posible acuerdo sea coherente dadas las expectativas tan optimistas que mantienen los analistas. El consenso puede cambiar con consecuencias todavía inciertas sobre precios y valoraciones. Y finalmente, las perspectivas fuera de EEUU son muy irregulares, con Europa luchando para constreñir las fuerzas recesionarias y una todavía incompleta recuperación en China.

    Lo que podemos decir es que Wall Street ha movido la ecuación de riesgos del lado bajista al alcista de una forma que nos recuerda a la recuperación que se inició en junio. Eso es bueno para nuestra cartera, gracias a su exposición a la bolsa americana, y en Europa a títulos de crecimiento como Diageo, LVMH, o incluso BNP Paribas. Puede que la mejora justifique un par de nuevas recomendaciones para incrementar nuestra exposición al mercado.

    Más que un rally potente que nos lleve a territorios no pisados este año, lo mejor para un inversor en tendencia sería una consolidación alcista por encima de los últimos mínimos. Así podríamos preparar una transición sólida hacia 2013 sin caer en el riesgo de un inicio de año bajista. Una violación del suelo que hemos marcado en noviembre sería muy preocupante.