Bolsa, mercados y cotizaciones
Las discrepancias internas minan la credibilidad del BCE
- El Bundesbank hace improbable que Draghi dé a los inversores lo que esperan
Como dijo ayer Wolfgang Münchau en el Financial Times, la prioridad del Banco Central Europeo (BCE) ahora es cómo librarse de las expectativas del mercado de una ruptura de la zona euro. Decida lo que decida su consejo de gobierno el 6 de septiembre, debe ser lo suficientemente grande para acabar con las expectativas de que España o Italia abandonarán la zona euro.
Desgraciadamente, la historia nos dice que la capacidad de un banco central para intimidar a los mercados financieros mediante una intervención activa es directamente proporcional a su capacidad para cumplir sus promesas. David Marsh, columnista de MarketWatch, nos recuerda que ahí tenemos un gran dolor de cabeza para todos.
En la batalla por el euro, Europa está muy lejos de hablar con una sola voz. El consejo del BCE puede decidir en las próximas semanas, por mayoría, comprar grandes cantidades de deuda pública emitida por los países en apuros. Pero en cuanto se anuncien esas compras, Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank, puede anunciar que no está de acuerdo con el programa de compras.
Es posible que el Bundesbank lleve adelante la acción, pero lo hará sufriendo, y se reservará el derecho permanente de hacer comentarios críticos. En casa y fuera, habría una reacción política negativa. El resultado sería una efectividad reducida, mayor riesgo y menor confianza. Justo lo contrario de lo que pretende el BCE.
Probablemente, la mera amenaza de que el Bundesbank puede actuar por su cuenta sería suficiente para frenar el programa de compras. Puede que sea eso lo que Weidmann tiene en mente cuando busca la confrontación con Mario Draghi, y el consejo del BCE. Ahora estamos en territorio desconocido. Ni cuando el Bundesbank regía el marco alemán (y el propio Sistema Monetario Europeo) ni desde que se formó el euro hemos estado en una situación como ésta.
Hay voces entre los analistas y los economistas que explican por qué debería actuar el BCE con seguridad y soberanía para anclar las expectativas del mercado. Desgraciadamente, el Bundesbank está ahí para recordarnos por qué no puede hacerlo. Veremos tras el consejo del 6 de septiembre los límites de lo que el BCE realmente puede hacer.