Bolsa, mercados y cotizaciones

Regreso al pasado... el Ibex cede un 5,16% y el bono supera el 7%



    Todos los inversores que confiaron el jueves anterior en la buena predisposición del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, a adoptar medidas firmes para ayudar a países como España o Italia se llevaron ayer una buena decepción. Y no dudaron en demostrarlo a través de ventas precipitadas. Bastaron minutos para que en los mercados de ambos países se viese una reacción totalmente opuesta a la de la semana pasada.

    Las bolsas cambiaron las subidas por fuertes caídas y el repunte en las rentabilidades que exigieron los inversores para comprar deuda pública española e italiana en el mercado secundario volvió a disparar las primas de riesgo de España e Italia, que se habían relajado en la última semana.

    La española fue la bolsa que más sufrió la decepción que supuso que el BCE abocara a las economías a solicitar un rescate para que la institución tome cartas en los mercados. Sin eso, no habrá más salvavidas. El Ibex 35 perdió así la esperanza que había alimentado el jueves anterior -cuando vivió la décima jornada más alcista de su historia, al avanzar un 6,06 por ciento- y ayer retrocedió un 5,16 por ciento, hasta los 6.373,4 puntos, muy cerca de su mínimo del día.

    El punto más bajo de la sesión, en 6.365,8 puntos, lo sufrió sólo 52 minutos después de que estuviera en máximos de la sesión, cuando subía un 2,15 por ciento. Las palabras -y no actuaciones- de Draghi causaron que el principal índice de referencia en la bolsa española cediese 498 puntos de una sentada.

    Algunos de los grandes valores del selectivo causaron el desplome, con pérdidas superiores al 6 por ciento en el caso de Telefónica (un 6,23 por ciento), BBVA (un 6,42 por ciento), Repsol (un 6,66 por ciento), Santander (un 6,69 por ciento) e Iberdrola (un 6,83 por ciento).

    Retorna el nivel que ahoga

    Tras el mensaje del BCE, Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, y su homólogo italiano, Mario Monti, prefirieron destacar lo positivo -habrá nuevas medidas en próximas semanas- y no hablar de solicitar ayudas al fondo de rescate -la condición-. Sin embargo, la respuesta en el mercado de deuda fue mucho más clara. Las ventas de los inversores no se hicieron esperar y rápidamente condujeron la rentabilidad del bono español a diez años -el rendimiento sube cuando el precio cae por las ventas- de nuevo por encima de la barrera del 7 por ciento, que no tocaba desde que el BCE llenó de esperanzas siete días antes. El interés de la deuda a una década cerró en el 7,165 por ciento, tras haber caído hasta el 6,613 por ciento durante el día.

    El repunte en la rentabilidad aumentó el sobreprecio que los inversores exigen a España frente a la deuda alemana. La prima de riesgo acabó la sesión en los 594 puntos básicos, por lo que subió 58 puntos respecto al cierre del día anterior y 74 puntos desde el momento en el que el presidente del BCE viró su discurso.

    El mercado no sólo miró con otros ojos a España. También el futuro de Italia se divisó de manera muy distinta. Así se reflejó en su prima de riesgo, que recuperó la cota de los 500 puntos básicos, hasta alcanzar los 510 puntos. Detrás de esta subida hubo un ascenso de la rentabilidad del bono italiano a diez años al 6,327 por ciento.

    El índice Ftse Mib italiano también retrocedió un 4,64 por ciento, su mayor descenso desde abril.

    Contagio al resto

    Los países más atentos a lo que saliese de esta cita eran sin duda España e Italia. Pero el resto de bolsas europeas se vio arrastrado por la decepción y todos los índices finalizaron en negativo. El EuroStoxx 50 perdió un 3 por ciento, mientras en París y Frankfurt las caídas fueron del 2,68 y del 2,2 por ciento.