Bolsa, mercados y cotizaciones
El bono a 10 años se acerca otra vez al 7% espoleado por la confusión
Confunde que algo queda... Ese parece ser el lema que Alemania ha decidido marcarse de cara a la reunión del Eurogrupo. No en vano, desde el seno del ejecutivo germano casi establecen una marca en cómo decir una cosa y la contraria en un tiempo récord. Lo cual ha contribuido a que cunda aún más la incertidumbre en unos mercados ya de por sí desquiciados.
En primer lugar, la canciller alemana, Angela Merkel, antes incluso del inicio de la cumbre, se encargó por enésima vez de cuestionar la posibilidad de mutualizar la deuda de los distintos países de la eurozona mediante eurobonos.
A la presidenta le tomó el relevo, pocas horas antes de empezar la cumbre, el ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, quien en una entrevista concedida al periódico The Wall Street Journal señaló que Alemania podría estar dispuesta a aceptar una responsabilidad compartida en la deuda de la eurozona antes de lo previsto y apoyar medidas en el corto plazo, una vez que el país esté convencido de que la senda hacia la estabilización de los controles sobre la política fiscal de los países es irreversible. "Tenemos que estar seguros de que una política fiscal común sería irreversible y bien coordinada. No habrá bonos garantizados conjuntos sin una política fiscal común", señaló el ministro germano al diario estadounidense, quien recalcó que Alemania está dispuesta a ir "todo lo lejos que sea necesario para conseguir un acuerdo sostenible en Europa", añadió el ministro.
Unas afirmaciones que chocaron frontalmente con otras que se produjeron ayer un poco antes de las 10 de la mañana. Cuando fuentes oficiales del Gobierno alemán hicieran unas duras declaraciones en las que señalaron que no hay que esperar gran cosa de las resultados en esta cumbre. Entre otras cosas, señalaron que no se prevé nada de una unión bancaria y que consideran que no hay ninguna clase de pánico respecto a la deuda española e italiana. Las fuentes oficiales alemanas que hicieron estos comentarios también subrayaron que los países europeos tienen que solucionar sus propios problemas, algo en lo que se han retrasado algunos Estados de la zona euro. Además, tampoco se contempla en la agenda de la cumbre cambios en el Tratado de la UE.
Gasolina al fuego
La reacción a estas declaraciones no se hizo esperar en el mercado secundario de renta fija. Es más, al poco de producirse esas afirmaciones, el interés del bono español a una década se disparó hasta el 7,01 por ciento, lo cual a su vez motivó que la prima de riesgo - medida como el interés adicional que el mercado exige al bono español a 10 años frente al alemán a igual vencimiento- tocara un máximo durante la sesión en los 552 puntos básicos.
Sin embargo, durante el transcurso de la jornada la presión sobre la deuda española aminoró y el bono español mermó su rendimiento hasta cerrar en el 6,94 por ciento, lo que, unido a que el interés del bund germano colgó el cartel de cerrado a un interés del 1,51 por ciento, permitió que el diferencial se relajara un poco hasta los 543 puntos básicos. Una disminución que por su parte ayudó a que la renta variable española pudiera terminar la jornada en positivo.
Italia, la otra protagonista
Otro de los factores que influyeron en el mercado secundario de renta fija fue la subasta de bonos a un lustro y a una década de Italia. En esta operación, el Tesoro transalpino captó hasta 5.942,5 millones de euros -cerca de su objetivo máximo de 5.500 millones-, aunque por ello se vio obligado a afrontar su coste de financiación más elevado en el año.
En concreto, por la deuda a cinco años Italia remuneró un interés del 5,84 por ciento, frente al 5,66 abonado en la última subasta similar celebrada en mayo y por los bonos a 10 años pagó una rentabilidad del 6,19 por ciento, frente al 6,03 de la emisión precedente.