Bolsa, mercados y cotizaciones
La desaceleración económica lleva al petróleo al mínimo de dieciocho meses
- El Brent y el West Texas han perdido desde los máximos anuales de febrero un 28%
- La menor actividad de China se ha convertido en el principal lastre del crudo
La tormenta perfecta se atisba en el horizonte de la economía mundial. El tronar del sector manufacturero chino, cuya actividad se contrajo por octavo mes consecutivo, sumado a la ausencia de una tercera ronda de estímulos cuantitativos por parte de la Reserva Federal estadounidense, provocó que el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, tocase mínimos no vistos en los últimos 18 meses. En Estados Unidos, el West Texas llegó incluso a operar por debajo de los 80 dólares el barril por primera vez desde el pasado 6 de octubre de 2011.
Un hecho que estuvo alimentado por el fuerte incremento en los inventarios de crudo, que según el Departamento de Energía de Estados Unidos se situaron la semana pasada en los 387,3 millones de barriles, su mayor nivel desde julio de 1990. Evidentemente, el incremento de la producción en Arabia Saudí, que bombea alrededor de 10 millones de barriles diarios, ha contribuido a que las reservas de petróleo alcancen máximos no visto en las últimas dos década. Entonces, ¿por qué los precios del oro negro experimentaron tales bajadas?
A priori la respuesta a esta cuestión estuvo potenciada por los datos económicos provenientes del gigante asiático donde el PMI, véase la actividad manufacturera, cayó hasta los 48,1 puntos y por octavo mes se situaba por debajo de la cota psicológica de los 50 puntos, es decir, la contracción es una realidad. Aquí en Estados Unidos, Ben Bernanke optó el miércoles por calmar el ansia de los inversores con una píldora fácil al extender su programa de cambio de bonos a corto por bonos a largo plazo. Este hecho sumado a su drástica revisión de perspectivas económicas para el país, cuyo PIB podría crecer este año entre un 1,9% y un 2,4%, terminó por poner de manifiesto que la economía mundial sufre una desaceleración importante.
"Los diferenciales de Brent se encuentran en el nivel más bajo desde el verano pasado, cuando la Agencia Internacional de Energía decidió liberar sus reservas estratégicas", explica Colin Fenton, analista energético de JP Morgan Chase. "Si bien esta medida refleja los cambios en las perspectivas de la demanda, también pone de manifiesto el aumento de la oferta de crudo ligero en la cuenca del Atlántico debido a la vuelta de la producción en Libia recuperando los niveles anteriores al conflicto", indicó.
Desde Bank of America Merrill Lynch se observa una menor demanda en Europa y un crecimiento económico más débil en los emergentes y EEUU, de ahí que los expertos del banco redujeran su previsiones para el Brent y WTI este año hasta los 106 dólares y 97 dólares el barril respectivamente, y rebajando su previsión para 2013 hasta los 110 y 100 dólares por barril.
El barril de Brent ha caído hasta la fecha un 10% en lo que llevamos de mes y ha visto como su precio ha recortado casi un 15% en 2012, a pesar del repunte experimentado en los dos primeros meses del año. Si echamos la vista atrás, el barril se ha desplomado un 30 por ciento desde los máximos de 128 dólares registrados en marzo.
Puede ser una oportunidad
Lo que también es cierto, es que en un país como Estados Unidos en donde el crudo tributa poco -si lo comparamos con Europa-, el descenso en el precio puede ser una oportunidad para acelerar el crecimiento económico.
Y es que, si el petróleo se deprecia, las gasolinas seguirán el mismo camino, abaratando de esta forma el precio del combustible e invitando a los a los ciudadanos y a las empresas a utilizar más sus automóviles.
Esto puede ayudar a incrementar la productividad nacional y el consumo en un país en el que las distancias, la distribución geográfica, los planes urbanos, la cultura y el estilo de vida giran al rededor de los de los medios de transporte motorizados.