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RSC.- MSF denuncia que Abbot "sigue excluyendo" a muchos pacientes del acceso a su nuevo medicamento contra el sida



    "La decisión sobre quién debe tener acceso a un medicamento vital no debería dejarse en manos del Comité Ejecutivo de una empresa"

    MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

    La organización médico-sanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció hoy que la política de comercialización de los Laboratorios farmacéuticos Abbott "deja a la mayoría de enfermos de sida en los países en desarrollo sin su nuevo medicamento contra la enfermedad", una versión mejorada de 'Kaletra'.

    Según la ONG, las personas con VIH/sida en los países en desarrollo que necesitan "de forma urgente" una versión mejorada del medicamento lopinavir/ritonavir "continúan viendo denegado su acceso al mismo por parte de su único fabricante", en este caso los Laboratorios estadounidenses Abbott.

    La compañía farmacéutica con base en Chicago ha empezado a enviar la nueva formulación a un limitado número de proyectos de MSF en África por 500 dólares americanos por paciente y año (390 euros), "y sólo después de un largo y complicado procedimiento", recuerda la orfanización en un comunicado.

    Sin embargo, afirma la ONG, "Abbott se niega a vender el medicamento a MSF para su uso en sus programas de Tailandia y Guatemala", y además se está retrasando en su registro en los países en desarrollo. Como consecuencia, la nueva formulación de lopinavir/ritonavir "continúa siendo inaccesible desafortunadamente para la mayoría de los pacientes que lo necesitan".

    La nueva versión de lopinavir/ritonavir, un medicamento de segunda línea para tratar el sida recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrece importantes ventajas con respecto a la versión anterior, incluyendo la reducción del número de píldoras diarias, una conservación que no requiere refrigeración, --algo muy importante en países africanos donde ésta no siempre está al alcance de todos--, y la inexistencia de restricciones alimenticias.

    Pero "si no se registra, resulta prácticamente imposible conseguir este fármaco a ningún precio", dice MSF. En China, ni tan siquiera se dispone aún de la versión antigua, porque aunque está registrada, Abbott ha decidido no comercializarla en el país.

    "Aquí en Tailandia, donde la temperatura supera los 30 grados casi todo el año, el hecho de que este medicamento no requiera refrigeración supone una ventaja considerable, pero Abbott se niega a registrarlo", explica el doctor David Wilson, de MSF en Tailandia.

    "En su lugar, Abbott dice que podemos arreglárnoslas con el medicamento antiguo, que ya ni siquiera está disponible en Estados Unidos, y que es claramente el segundo producto en orden de importancia con el que nos debemos conformar y que, de todas formas, aunque se vende aquí, su precio no es asequible", añade.

    Además, insiste en que, "limitando su precio de 500 dólares a los más pobres en los países en desarrollo, Abbott está adoptando una política que deliberadamente excluye a las personas con VIH/sida en otros países en desarrollo".

    ALTO COSTE Y ESCASO ACCESO

    MSF cree que "hay una creciente necesidad de fármacos de segunda línea para los pacientes de los países en desarrollo que llevan varios años sometidos a tratamiento". Sin embargo, existe la enorme preocupación de que los programas nacionales de tratamiento y las agencias financiadoras no puedan costear estos medicamentos, cuyo precio es mucho más elevado que el de los regímenes de primera línea.

    En Tailandia, Abbott cobra por lo menos 2.800 dólares (2.100 euros) por la versión antigua de lopinavir/ritonavir, lo que significa que tratar a un paciente que necesita cambiar al régimen de segunda línea que contiene este fármaco cuesta aproximadamente diez veces más.

    "Éste es el clásico ejemplo de cómo los monopolios perjudican a los pacientes", señala por su parte el doctor Tido Von Schoen-Angerer, de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF.

    "Necesitamos la competencia de los productos genéricos para estos medicamentos esenciales más nuevos, porque es la única forma de hacerlos asequibles y ampliamente disponibles", dice. La decisión sobre quién debe tener acceso a un medicamento vital "no debería dejarse en manos del comité ejecutivo de una empresa de Chicago", concluye Von Schoen-Angerer.