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Moody's deja la deuda española al nivel del rescate inminente al rozar el 7% de interés



    Alerta roja. La alarma del riesgo saltó ayer en España más que nunca. La prima de riesgo española superó los 552 puntos básicos y el bono nacional a diez años llegó a alcanzar una rentabilidad inédita del 6,998 por ciento. Un nivel de máxima tensión que le dejó a las puertas del temido 7 por ciento, el umbral que obligó en su día a Irlanda, Portugal y Grecia a solicitar el rescate a Europa.

    La oleada de ventas de deuda pública se produjo en un día en que el mercado digería la decisión de Moody's de dejar al Reino de España a un paso del bono basura tras recortarle un día antes en tres escalones el rating por las consecuencias que acarreará la ayuda financiera de hasta 100.000 millones que solicitará el Estado para la banca.

    El ataque de la agencia de calificación no se hizo esperar después de que la Unión Europea confirmara a través de Eurostat que el rescate computará como deuda e impactará sobre el déficit público. "El ratio de la deuda pública aumentará hasta alcanzar cerca del 90 por ciento del PIB este año y continuará aumentando hasta la mitad de la década", dijo Moody's para argumentar la rebaja de la nota de España de A3 a Baa3 con perspectiva negativa. Si la agencia recorta a España hasta bono basura, el bono podría continuar disparándose llegando incluso el Estado a tener que pagar el doble de rentabilidad en menos de un año. Esta situación insostenible fue la que vivió Portugal: el bono luso superó el 17 por ciento de interés siete meses después de que Moody's le colocara en bono basura.

    Tensión máxima...

    El impacto del rescate en la deuda y las dificultades crecientes que, según la agencia, tendrá España para acceder a los mercados financieros llevaron ayer a la prima de riesgo -medida por la diferencia entre el bono español a 10 años y su homólogo alemán con igual vencimiento- a alcanzar un nuevo máximo desde la creación del euro al escalar desde los 526,54 puntos básicos del miércoles a los 542,97 puntos básicos a los que cerró ayer.

    El impulso en la percepción del riesgo vino como consecuencia del repunte de la rentabilidad del bono español, que sube cuando el precio baja o, lo que es lo mismo, cuando hay ventas. Las incertidumbres sobre el futuro de la banca y del propio país hicieron que el rendimiento del bono español ascendiera por quinta jornada consecutiva y se situara ayer al cierre de la jornada en el 6,91 por ciento (ver gráfico).

    "El problema es que los bancos españoles se están quedando sin capacidad de incrementar su exposición a deuda pública española y se están limitando a acudir a las subastas para que se cubra la oferta. Pero en el mercado secundario de bonos no hay suficientes compradores. Y como no hay compradores y sólo vendedores, la lógica hace que la rentabilidad de nuestros bonos vayan de máximos a máximos", dijo Miguel Ángel Paz, analista de Unicorp.

    Una vez más las tensiones en el mercado de deuda de ayer recordaron las vividas hace unos meses, pero entonces el Banco Central Europeo (BCE) sofocaba el fuego con compras de deuda. La entidad lleva ya 13 semanas sin hacer de cortafuegos siguiendo su estrategia de que sean los países, con sus reformas, los que se ganen la confianza de los inversores.

    "España está acometiendo las medidas que se le van exigiendo, pero si no hay una ayuda directa para reducir el coste de la deuda, no servirán las medidas de austeridad para nada. Tanto una intervención directa en el secundario del BCE como la emisión de eurobonos podrían conseguir el objetivo y será antes de que acabe el mes cuando sabremos si se tomarán medidas", apunta Paz.

    ... pero con compras en bolsa

    A diferencia de lo que ocurrió en el mercado de deuda, las compras en renta variable llevaron al Ibex 35 a ser junto con el Ftse Mib italiano los índices más alcistas. El selectivo español volvió a vivir una jornada de gran volatilidad al oscilar entre los 6.558 y los 6.696 puntos para cerrar con una subida del 1,22 por ciento, que le llevó a los 6.696.

    El ministro de Economía, Luis de Guindos, achacó la "situación de tensión" y de "volatilidad" de los mercados a "circunstancias internacionales", refiriéndose a las elecciones griegas del domingo donde se decide si el país sigue en el euro. También reconoció que "una prima de riesgo por encima de los 550 puntos no es sostenible por un tiempo prolongado. Seguiremos tomando medidas".